“Debo confesar que a veces ya no aguanto la actitud de mi pareja. Sus gritos y malos tratos me agobian, pero yo sé que en el fondo él me ama. Además, qué dirán los demás si me separo, cómo quedaré yo. No quiero estar sola... lo necesito”. Mayra, 39 años.

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Al igual que Mayra, hay muchas mujeres que por miedo al qué dirá la sociedad y por la dependencia afectiva aguantan maltratos físicos como psicológicos de sus parejas. Hacen uno, dos... decenas de intentos para que la relación mejore, sin éxito. Dejan pasar el tiempo, se van marchitando y llegan a la resignación de quedarse al lado de una persona que no es buena en su vida.

Entonces, ¿cuándo debemos decir basta y tomar la decisión de alejarnos de alguien que nos hace daño? Walter Risso, psicólogo y especialista en Terapia Cognitiva, señala que mucha gente piensa que uno debe soportar todo en una relación porque más adelante mejorará, que es cuestión de tiempo para que se comprendan, pero no es así.

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PIENSA Y ANALIZA

“La violación de tu dignidad, el maltrato físico y psicológico, la duda de si te aman o no, son cosas que no puedes dejar pasar por alto. Esto no es una guerra donde ‘tienes que morir con las botas puestas’, puedes retirarte a tiempo y ser feliz. La decisión está en uno, nadie dice que será fácil, pero qué es mejor, ¿sufrir un tiempo o toda la vida? Cuando uno es libre y está bien consigo mismo podrá construir y reinventarse en el amor”, aconseja el especialista.

EL AUTOCONTROL

Aparte de la decisión, necesitas autocontrol para decir basta. El cansancio emocional es una clara señal de que tienes que empacar tus cosas e irte. Toma las riendas de tu vida y no esperes a que te caiga un ladrillo en la cabeza para recién reaccionar. “Declárate en huelga afectiva hasta que aparezca alguien que realmente merezca tu amor. No se trata de caer en el narcisismo, todo extremo es malo. Solo es quererse y valorarse más uno mismo”, expresa Risso.

NO SE NEGOCIA

Lo primero –precisa el especialista– que debemos entender es que hay cosas que no se negocian ni por amor. Por ejemplo, si no podemos pensar, sentir o actuar de acuerdo a nuestros principios y valores como se nos dé la real gana, entonces debemos alejarnos de esa persona.

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