. Por supuesto podría ser que tengas algún tipo de deficiencia o enfermedad, pero a menudo hay otras razones por las que nos sentimos así. La directora de la Escuela Zenda Yoga, Sasha Blume Bisiak, te las dice:

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1.MAL DESCANSO. Todos saben que dormir poco afecta el descanso, pero más perjudicial es la mala calidad del sueño. “Por eso recomiendo antes de acostarse dejar las preocupaciones de lado, respirar profundamente 10 veces y mantener la mente en blanco, de esta manera el descanso será pleno”. aconseja Blume.

2.DIETA DEFICIENTE. Es importante mantener una alimentación balanceada a base de frutas y verduras. Es saludable comer cada 4 horas para mantener el metabolismo activado e ingerir la última comida a las 7 de la noche para que el cuerpo pueda procesar los alimentos. Eso sí, nada de comida procesada porque quita energía.

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3.FALTA DE EJERCICIOS. La actividad física diaria ayuda a que nuestros sistemas nervioso, circulatorio y digestivo funcionen mejor. Si no hacemos suficiente ejercicio, los músculos y las articulaciones empiezan a atrofiarse y entorpecer la realización de las tareas.

4.NO BEBER AGUA. Cuando no se toma suficiente líquido, el cuerpo se deshidrata y, por ende, la circulación de la sangre es más lenta produciendo cansancio y letargo en el cuerpo.

5.EXCESO DE AUTOCRÍTICAS. A veces somos muy duras con nosotras mismas y queremos cumplir con todas las tareas que nos hemos trazado. “Es bueno tomarse un momento para engreírse, podemos dormir hasta tarde o comer algo que nos agrade. Veremos cómo amanecemos con más ganas para cumplir con los pendientes”, recomienda la experta.

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La verdadera energía que necesitas es trabajar con paz, tranquilidad y en un estado de equilibrio para hacer tus actividades sin estresarte.

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