El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su pollito al horno, parte de pierna, con puré de papas amarillas con arrocito blanco, ensalada rusa, y su jarra de cebada calentita con harto limón.

“María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con el legendario periodista de Policiales: ‘El Sonámbulo’. Estaba tecleando un informe especial sobre el drogadicto que quemó a la señora Juanita, en Cajamarca. Vestía con su espectacular gabán gris que le llegaba hasta la rodilla y su pucho en la boca, mismo detective Philip Marlowe en ‘El largo adiós’, clásica novela negra de Raymond Chandler. El hombre de prensa estaba esperando que lleguen sus alumnos de periodismo de la universidad, como todas las semanas, comandados por la guapita chica de lentes, y un gordito preguntón. Llegaron todos cohibidos a su escritorio y los llevó a la sala de reuniones.

‘Hoy vamos a analizar un libro apasionante. Un libro que Gabriel García Márquez escribió con el cerebro, el corazón y también con la pena, ‘Noticia de un secuestro’ (1996). El Premio Nobel se sumergió en una investigación de tres años sobre la ola de secuestros que desató el grupo de narcotraficantes comandados por Pablo Escobar, que se llamó ‘Los extraditables’. Los del Cártel de Medellín, con el objetivo de evitar que el gobierno deje sin efecto el acuerdo de extraditar a los narcos a cárceles en Estados Unidos, comenzaron a secuestrar a familiares de personajes del gobierno y personalidades políticas notables entre 1990 y 1991.

García Márquez utiliza toda su rica experiencia como periodista para abordar las técnicas del reportaje, pero a la vez la majestuosidad de su prosa literaria. Le llevó 48 meses investigar y entrevistar a decenas de involucrados en los secuestros, no solo a las víctimas sino también a los secuestradores y sus cómplices, por eso se entrevistó con los tres jefes del Cártel de Cali, los hermanos Ochoa. Entre ellas se encontraba una hermana del candidato presidencial asesinado Luis Carlos Galán, una hermana del secretario del presidente que murió a manos de sus secuestradores, Diana, la periodista hija del expresidente de Colombia, Julio César Turbay y todo su equipo periodístico cuando buscaba una entrevista con el líder guerrillero del Ejército de Liberación Nacional, el ‘Cura Pérez’. Los esbirros de Pablo Escobar la llevaron a Medellín y la periodista murió en el enfrentamiento entre sus plagiarios y la policía de rescate. El escritor, nacido en Aracataca, retomó esa magistral vena periodística con que deslumbró al mundo en aquellas columnas en el diario ‘El Universal’ de Cartagena, en 1948, que dio fruto al libro imprescindible para conocer la historia del nuevo periodismo, ‘Relato de un náufrago’...

Esas dos obras deben estar en su mesita de noche como lectura obligatoria’. Los muchachos se fueron impresionados a comprar el libro en el jirón Amazonas”. Pucha, ese señor ‘Sonámbulo’ es un maestro. Me voy, cuídense.

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