Ya no
Ya no

Mi amigo Gary llegó al restaurante por unos tequeños de entrada, un delicioso plato de ají de gallina y limonada para saciar la sed. “María, el trabajo en equipo es mucho más importante de lo que pensamos. Atrás está quedando la arcaica idea de que el jefe mandaba en el trabajo y no se le podía cuestionar sus acciones ni conversar con él. Muy por el contrario, las empresas están fomentando la unión entre sus empleados y especialmente, el trabajo en equipo.

Por ejemplo, para construir una casa se requiere de obreros, ingenieros, arquitectos y todo un equipo. Si falla uno, las cosas saldrían mal. Lo mismo es para cualquier otro trabajo. La unión conlleva al éxito.

Cada integrante piensa diferente y, según sus conocimientos y experiencia, aporta al equipo. Pero si no somos participativos, no nos comunicamos adecuadamente, somos pesimistas y encima conflictivos, el ambiente laboral no será el más óptimo para poder trabajar.

No basta solo con hacer nuestro trabajo y ya, listo, pues siempre tenemos que ser creativos, estar en plena innovación. El mundo siempre va cambiando y los gustos de las personas también. Hoy no se hacen las cosas de la misma manera que en 1950, 1980 o en el 2000.

El buen trabajo en equipo tiene que practicarse todos los días. Por eso, aquí te dejo algunos consejos que se pueden aplicar tanto en la vida familiar como en la vida laboral. No solo el jefe, los trabajadores también deben plantearse y realizar un trabajo en equipo.

Sé un líder. Conversa con los miembros de tu equipo, guíalos en el trabajo y motívalos, esa es la clave del éxito en conjunto. Un error del jefe es mandar a hacer solo lo que él quiere y ser poco comunicativo.

Inspira confianza.
Demuestra que las personas pueden contar contigo y que siempre harás lo posible por realizar bien el trabajo que se requiera, el resto se contagiará de esa acción.

Fija metas y objetivos tanto individuales como grupales. Estar en una permanente competencia buena y sana contribuye a las ganas de superarse.

Siempre hay momentos para relajarse. Las largas horas de trabajo terminan por estresar. Establece momentos aleatorios para que todos puedan estirarse, comer algún bocadito o ir al baño.

Celebra el éxito con todos. No necesariamente significa ir de fiesta, hay muchas maneras de reconocer el esfuerzo de los demás. Agradece el trabajo de cada trabajador y motívalos a seguir siendo mejores.” Tiene razón, mi amigo Gary, aprendamos todos a trabajar en equipo. Me voy, cuídense.

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