Como mis lectores saben, este Búho es un amante del cine. Un aficionado, pues eso de crítico se lo dejo a otros. De niño me impresionó la pantalla grande y vi hasta legendarios clásicos en cazuela. El periodismo es mi pasión, pero el cine y los libros son mi refugio cuando me atormenta el mundanal ruido de la ciudad. La semana pasada tuve dos días libres y me fui con una mochila y algo de dinero a un bonito hotel de Pisco frente al mar. Buena comida, pescadito fresco y cable. Para qué más. En la noche, después de recorrer algunos lugares turísticos, regresé a descansar y puse TCM, un canal que me gusta porque con frecuencia transmite películas clásicas. Recordé que el año pasado me impresionó la noticia publicada en diversos medios que sostenía que el gran padecía del terrible mal de Alzheimer y estaba recluido en su mansión de Los Ángeles.

Una enfermedad terrible para un actor, pues perder la memoria anulaba su capacidad de recordar los guiones. Ha pasado más de un año y los rumores crecen sobre Jack Nicholson. Rebelde, mujeriego y actor consagrado. Se trata de una de las leyendas de Hollywood. Los rumores de que padecía este mal se sustentan en que ya se le había visto con confusión y desorientación en sus escasas apariciones públicas y por comentarios de quienes lo visitaron en su mansión de Beverly Hills, en California. El mal de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que daña las neuronas y suele aparecer en personas mayores de 65 años.

Jack Nicholson ya bordea los 80 años. Se trata de la forma más común de demencia y es tan severa que interfiere en la vida cotidiana de quien la padece. En la etapa final, los pacientes no reconocen a nadie y hasta pierden la capacidad de masticar e ingerir alimentos. Para los cinéfilos y admiradores del gran Jack, es una noticia terrible. Su vida no fue fácil. Su madre, jovencita, se metió con un hombre casado que, al embarazarla, para evitar una denuncia por violación, se casó con ella, pero de inmediato desapareció para que no lo acusaran de bígamo.

Así, el joven Jack Nicholson fue engañado, pues le dijeron que su abuela era su madre y su madre su hermana. Esta última trabajaba haciendo striptease en un club nocturno. El maestro también es uno de los más grandes mujeriegos de Hollywood. En su mayoría jovencitas, que podrían ser sus hijas, como Lara Flynn Boyle, Sharon Stone y Drew Barrymore. Actrices históricas como Rita Moreno y Candice Bergen. Vampiresas como Jill St. John, rockeras ‘femme fatale’ como Michelle Phillips de ‘The Mamas and the Papas’. Millonarias como Christina Onassis, entre las más conocidas, pero la lista es interminable. Y su cancerbera Anjelica Huston, la ‘Morticia’ de ‘Los locos Adams’, hija del gran John Huston, con quien estuvo casado doce años y le sacó un libro que lo dejó mal parado, pintándolo como un hombre infiel, alcohólico y drogadicto. Despecho que le llaman. Recomiendo a los jóvenes que no lo han visto, algunas de sus películas más memorables.

‘EL RESPLANDOR’ (1980): Bajo las órdenes del gran Stanley Kubrick, Jack Torrance (Jack Nicholson), su esposa e hijo cuidan solitariamente un complejo hotelero de lujo en las montañas en plena tormenta de nieve. Extrañas apariciones terminan por enloquecer a Torrance. Una actuación alucinante e inolvidable.

LOS INFILTRADOS (2006): Un casting de lujo: Jack Nicholson, como Frank Costello, es un mafioso que formó desde niño a Colin Sullivan (Matt Damon) para que ingrese a la Policía y se convierta en un ‘topo’ de la organización. Billy Costigan (Leonardo Di Caprio) es un policía sacrificado que se infiltra en el grupo de Costello. Mientras el policía bueno trata de proteger su identidad y capturar a Costello, el malo, Sullivan, se dedica a averiguar quién es el infiltrado para informarle al mafioso. Al final gana el malo y asesina a Costigan y todavía queda como héroe, porque también liquidó a su jefe Costello, para que no lo delate. Pero un policía honesto, el sargento Dignam (Mark Wahlberg), se introduce en el departamento de Sullivan y lo acribilla con una pistola con silenciador. La última escena presenta una rata en un primer plano, paseándose por la ventana del departamento del mal policía, que murió como lo que era, una ‘rata’. Apago el televisor.

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Como mis lectores saben, este Búho es un amante del cine. Un aficionado, pues eso de crítico se lo dejo a otros. De niño me impresionó la pantalla grande y vi hasta legendarios clásicos en cazuela. El periodismo es mi pasión, pero el cine y los libros son mi refugio cuando me atormenta el mundanal ruido de la ciudad. La semana pasada tuve dos días libres y me fui con una mochila y algo de dinero a un bonito hotel de Pisco frente al mar. Buena comida, pescadito fresco y cable. Para qué más. En la noche, después de recorrer algunos lugares turísticos, regresé a descansar y puse TCM, un canal que me gusta porque con frecuencia transmite películas clásicas. Recordé que el año pasado me impresionó la noticia publicada en diversos medios que sostenía que el gran padecía del terrible mal de Alzheimer y estaba recluido en su mansión de Los Ángeles.

Una enfermedad terrible para un actor, pues perder la memoria anulaba su capacidad de recordar los guiones. Ha pasado más de un año y los rumores crecen sobre Jack Nicholson. Rebelde, mujeriego y actor consagrado. Se trata de una de las leyendas de Hollywood. Los rumores de que padecía este mal se sustentan en que ya se le había visto con confusión y desorientación en sus escasas apariciones públicas y por comentarios de quienes lo visitaron en su mansión de Beverly Hills, en California. El mal de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que daña las neuronas y suele aparecer en personas mayores de 65 años.

Jack Nicholson ya bordea los 80 años. Se trata de la forma más común de demencia y es tan severa que interfiere en la vida cotidiana de quien la padece. En la etapa final, los pacientes no reconocen a nadie y hasta pierden la capacidad de masticar e ingerir alimentos. Para los cinéfilos y admiradores del gran Jack, es una noticia terrible. Su vida no fue fácil. Su madre, jovencita, se metió con un hombre casado que, al embarazarla, para evitar una denuncia por violación, se casó con ella, pero de inmediato desapareció para que no lo acusaran de bígamo.

Así, el joven Jack Nicholson fue engañado, pues le dijeron que su abuela era su madre y su madre su hermana. Esta última trabajaba haciendo striptease en un club nocturno. El maestro también es uno de los más grandes mujeriegos de Hollywood. En su mayoría jovencitas, que podrían ser sus hijas, como Lara Flynn Boyle, Sharon Stone y Drew Barrymore. Actrices históricas como Rita Moreno y Candice Bergen. Vampiresas como Jill St. John, rockeras ‘femme fatale’ como Michelle Phillips de ‘The Mamas and the Papas’. Millonarias como Christina Onassis, entre las más conocidas, pero la lista es interminable. Y su cancerbera Anjelica Huston, la ‘Morticia’ de ‘Los locos Adams’, hija del gran John Huston, con quien estuvo casado doce años y le sacó un libro que lo dejó mal parado, pintándolo como un hombre infiel, alcohólico y drogadicto. Despecho que le llaman. Recomiendo a los jóvenes que no lo han visto, algunas de sus películas más memorables.

‘EL RESPLANDOR’ (1980): Bajo las órdenes del gran Stanley Kubrick, Jack Torrance (Jack Nicholson), su esposa e hijo cuidan solitariamente un complejo hotelero de lujo en las montañas en plena tormenta de nieve. Extrañas apariciones terminan por enloquecer a Torrance. Una actuación alucinante e inolvidable.

LOS INFILTRADOS (2006): Un casting de lujo: Jack Nicholson, como Frank Costello, es un mafioso que formó desde niño a Colin Sullivan (Matt Damon) para que ingrese a la Policía y se convierta en un ‘topo’ de la organización. Billy Costigan (Leonardo Di Caprio) es un policía sacrificado que se infiltra en el grupo de Costello. Mientras el policía bueno trata de proteger su identidad y capturar a Costello, el malo, Sullivan, se dedica a averiguar quién es el infiltrado para informarle al mafioso. Al final gana el malo y asesina a Costigan y todavía queda como héroe, porque también liquidó a su jefe Costello, para que no lo delate. Pero un policía honesto, el sargento Dignam (Mark Wahlberg), se introduce en el departamento de Sullivan y lo acribilla con una pistola con silenciador. La última escena presenta una rata en un primer plano, paseándose por la ventana del departamento del mal policía, que murió como lo que era, una ‘rata’. Apago el televisor.

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