ISIS mantuvo cautiva en una cárcel subterránea a Maryam por un año.
ISIS

Es conocido que el Estado Islámico (, por sus siglas en inglés) utiliza a las mujeres como esclavas sexuales, sin embargo, este no fue el caso de Maryam, una cristiana raptada por el grupo terrorista en febrero de 2015, en el valle de Khabur, en el nordeste de Siria.

En el diario , el pasado 4 de enero, contó que su secuestro duró un año, un mes y cinco días cuando fue capturada por ISIS.

“Capturaron a mi padre, mientras mi madre y yo nos escondimos en casa de un vecino. Después de un par de días nos descubrieron y nos llevaron a Shaddadi”, comentó Maryam sobre el secuestro de ISIS.

Lamentablemente, en Shaddadi, ISIS separó a Maryam, que tenía 15 años en ese entonces, de su padre, pues los yihadistas apartaban a hombres y mujeres.

Tras cinco meses secuestradas en Shaddadi fueron llevadas a Raqqa. La misma Maryam mencionó que, pese a que muchas mujeres eran controladas por ISIS no dejando que rezaran, sí les permitían que comieran pollos y verduras de la huerta.

Cuando fueron llevadas a Raqqa, Maryam fue puesta en aislamiento por ISIS, aún sin saber qué le harían, ya que como se conoce muchas jóvenes son utilizadas como esclavas sexuales, pero con ella fue diferente.

No obstante, la celda de Maryam que le proporcionó el ISIS era oscura, subterránea y apenas veía el sol, así que muchas veces aparentó que estaba enferma para salir unos minutos al exterior.
Aunque muchas jóvenes con las que fue capturada Maryam comenzaron a ser liberadas por las fuerzas armadas, este no fue su caso.

“No imaginaba que entre tanto hubieran liberado a todas las demás. Si me lo hubieran dicho, probablemente me habría matado”, dijo la joven al diario italiano sobre ISIS.

NO FUE ESCLAVA SEXUAL

Durante su cautiverio, Maryam no sufrió violencia física gracias a las negociaciones del obispo sirio Mar Afraid Athneil con algunos mandos mayores de ISIS.

Así Maryam se salvó de ser esclava sexual o de obligar a ser la “mujer” de los combatientes de ISIS bajo el efecto de las drogas, aunque siempre intentaron convencerla de ser una luchadora más del grupo terrorista.

“Mátame, o devuélveme a mi familia”, respondía a sus captores de ISIS.

La única distracción que tenía en su oscura celda eran tres piezas de Lego de colores y las oraciones escritas a mano por otra prisionera, que se las ofreció después tras llegar a Raqqa.

EL DÍA DE LA LIBERACIÓN

Fue en julio de 2016 cuando Maryam fue liberada de ISIS. No la rescataron los soldados, simplemente un integrante del grupo terrorista con quien había estrechado una rara amistad le informó que sería llevada con su familia por los mismos yihadistas. 

Tras dejarla libre le costó dos meses a Maryam liberarse del estigma de ISIS. Incluso, al principio se escondía en su casa y solo salía para ir a misa, pero se encontró con el amor, un joven llamado Aodesho, quien se convirtió en su novio y también sufrió en manos de los terroristas islámicos. 

“Aodesho nos ayudó a mis padres y a mí a conseguir una casa nueva y hasta un coche para visitar a mi primo”, comentó Maryam.

De las 23 familias que vivían en el valle de Khabur, tan solo sobreviven cinco tras los ataques de ISIS, una de ellas es la familia de Maryam.

 

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