‘Soy su madre y tengo derecho a corregirlo como yo quiera’, esta frase, que seguramente la hemos escuchado en algún momento, nos invita a reflexionar sobre en la formación de sus hijos. Es cierto, tienen todo el derecho de corregir a sus niños, pero sin agredirlos física ni psicológicamente. Parece una tarea complicada, pues los chicos están en una etapa donde quieren conocer y descubrir cosas por sí mismos.

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Entonces, para corregir de manera eficaz a tu pequeño, el psicoterapeuta y psicoanalista Jaime Llancán Obispo recomienda que le hables con voz firme y clara cuando haga alguna travesura. No intentes reírte ni pongas gestos graciosos. Por ejemplo, puedes decirle: ‘Pepito, derramaste la leche en la mesa por estar jugando. Te dije que pararas, pero no me hiciste caso y esta es la consecuencia. Levántate y límpialo inmediatamente. Que esto no se vuelva a repetir’.

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“Los insultos, las agresiones físicas (jalón de pelo o de orejas, pellizcos, cachetadas, golpes en la espalda) y las calificaciones negativas (‘me tienes harta’, ‘eres un tonto’, ‘qué bobo eres’) no ayudan a corregir nada, al contrario, dañan la autoestima del niño y provocan que sea más rebelde y agresivo con sus padres e incluso con los demás”, advierte el especialista.

BUEN DIÁLOGO

Si tu hijo vuelve a cometer la misma travesura o error, conversa con él y pregúntale qué le está pasando. Dile que no eres la ‘mala de la historia’, que simplemente quieres lo mejor para él. Si agotaste todas tus cartas, una buena opción es que visiten a un psicólogo.

A TENER EN CUENTA

A veces los padres son muy severos con sus hijos. No sean tan radicales, recuerden que los tiempos cambian y hay que ir adaptándonos a ellos. Eso no quiere decir que dejarán que sus pequeños hagan lo que quieran, la clave está en aprender a corregir con amor y firmeza.

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