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Lima Sur

Si tejer a croché es toda una habilidad, Leonora Hinostroza Pérez sorprende al hacerlo sin usar las manos. Un mal congénito hizo que naciera sin brazos ni piernas. Pero a sus 38 años, esta mamita no tiene tiempo para deprimirse, ella aprovecha al máximo su talento y dice que gracias a los productos que confecciona con la boca, puede mantener a sus cuatro hijos en Villa María del Triunfo.

Al conversar con Trome contó que aprendió el arte del tejido a croché viendo a su mamá en su casa de Huancayo, a la edad de ocho años. Ahora se siente muy feliz porque gracias a este oficio puede sacar adelante a su familia. 

¿Cuánto tiempo llevas en Lima?
Llegue de Huancayo hace cinco años a trabajar.

¿Cuando dices a trabajar, te refieres a tejer?
Sí, así es. Yo tejo a croché muñequitos de lana para vender y dar de comer a mis hijos.

¿Quién te enseñó a tejer con la boca?
Aprendí sola, viendo a mi mamá como tejía en nuestra casa de Huancayo. Yo tenía ocho años.

¿Dónde vendes tus tejidos?
En la avenida Abancay.

¿Cómo haces para transportarte si es lejos de aquí (Villa María del Triunfo)?
Mi hermana (Esperanza) me ayuda. Ella me cambia, peina, da de comer y acompaña a la avenida Abancay a vender los muñecos que tejo.

¿Tienes algún problema de salud?
A veces me duele un poco la cabeza. Como tejo con la boca, muevo mucho la cabeza, a veces hasta por 10 horas al día. El doctor dice que eso provoca mis dolores de cabeza y cuello. Pero yo no sé hacer otra cosa que tejer.

¿Cuál es el diagnóstico de tu condición física?
No tengo desarrollados ni las piernas ni los brazos. Todo lo demás esta bien. Así nací.

¿Qué es lo primero que harías si pudieras caminar?
Trabajaría más duro, señorita.

¿Alguna vez has sido discriminada?
A veces, pero yo demuestro todos los días que trabajo duro para salir adelante.

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