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Las canicas, el trompo, las chapadas, las cometas y el salto de la soga son algunos juegos infantiles tradicionales, transmitidos de generación en generación, los cuales lamentablemente han desaparecido poco a poco. Los acelerados cambios tecnológicos y culturales han afectado profundamente la manera en que los niños viven y pasan su tiempo libre. Por diversas razones, estamos experimentando una fuerte caída de la actividad que mejor define la infancia: el juego al aire libre. La tecnología digital ciertamente ofrece buenas oportunidades educativas, pero a su vez reduce la capacidad de estimular, imaginar y crear del niño. El uso excesivo de dispositivos digitales reduce su capacidad de concentración, haciéndola dependiente de la híper-estimulación, promoviendo así un sedentarismo tecnológico.
El juego de las “chapadas” o “encantado”. Foto GEC Archivo Histórico

Las canicas, el trompo, las chapadas, las cometas y el salto de la soga son algunos juegos infantiles tradicionales, transmitidos de generación en generación, los cuales lamentablemente han desaparecido poco a poco. Los acelerados cambios tecnológicos y culturales han afectado profundamente la manera en que los niños viven y pasan su tiempo libre. Por diversas razones, estamos experimentando una fuerte caída de la actividad que mejor define la infancia: el juego al aire libre. La tecnología digital ciertamente ofrece buenas oportunidades educativas, pero a su vez reduce la capacidad de estimular, imaginar y crear del niño. El uso excesivo de dispositivos digitales reduce su capacidad de concentración, haciéndola dependiente de la híper-estimulación, promoviendo así un sedentarismo tecnológico.

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El juego, a pesar de estar estrechamente ligado a la infancia y a los niños, siempre ha sido una actividad valiosa en la vida de los hombres en diferentes épocas y lugares. Está marcado por la continuidad y el cambio, por no ser simplemente reproducido, sino recreado a partir de lo que el niño trae de nuevo con su poder de imaginar, crear, reinventar y producir cultura. Recordemos algunos de esos juegos tradicionales que disfrutamos los niños de los años 70 y 80 donde no hacía falta tecnología, ni el whatsapp, ni estar conectado a las redes sociales durante 24 horas al día. Traigamos a la memoria algunos de esos juegos que nos llevaban al olvido del tiempo, del clima, de los regaños posteriores en casa, prácticamente de todo; pero que al mismo tiempo nos causaban la diversión extrema y que tan solo faltaba un poco de imaginación para disfrutar de estos pequeños momentos.
El juego del “salto de la soga”. Foto GEC Archivo Histórico

El juego, a pesar de estar estrechamente ligado a la infancia y a los niños, siempre ha sido una actividad valiosa en la vida de los hombres en diferentes épocas y lugares. Está marcado por la continuidad y el cambio, por no ser simplemente reproducido, sino recreado a partir de lo que el niño trae de nuevo con su poder de imaginar, crear, reinventar y producir cultura. Recordemos algunos de esos juegos tradicionales que disfrutamos los niños de los años 70 y 80 donde no hacía falta tecnología, ni el whatsapp, ni estar conectado a las redes sociales durante 24 horas al día. Traigamos a la memoria algunos de esos juegos que nos llevaban al olvido del tiempo, del clima, de los regaños posteriores en casa, prácticamente de todo; pero que al mismo tiempo nos causaban la diversión extrema y que tan solo faltaba un poco de imaginación para disfrutar de estos pequeños momentos.

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LA COMETA
A lo largo del tiempo las cometas siempre estuvieron presentes en nuestra infancia y juventud. Pero esto no se queda ahí porque a muchas personas adultas les gusta hacer volar cometas con los pequeños, y es que no solo son elementos de diversión y libertad. La costumbre de volar cometas ha sido una de las más pintorescas de Lima. El espíritu criollo, con su gracia, su afán decorativo y su destreza, hizo en ella gala de inventiva. Entre las más famosas que se usaron en Lima y que aún se usan, se encuentran la pava, el barril, la cola de pato, el gallinazo, el buque, la estrella, la cometa melliza, la cometa de pobre, la señorita, la cuna, el circulo, etc. etc. La cometa era, a pesar de su frágil y simple apariencia, dificilísima de hacer; pero lo fascinante era ver como se elevaba por el cielo.
El vuelo de las “cometas”. Foto GEC Archivo Histórico

LA COMETA A lo largo del tiempo las cometas siempre estuvieron presentes en nuestra infancia y juventud. Pero esto no se queda ahí porque a muchas personas adultas les gusta hacer volar cometas con los pequeños, y es que no solo son elementos de diversión y libertad. La costumbre de volar cometas ha sido una de las más pintorescas de Lima. El espíritu criollo, con su gracia, su afán decorativo y su destreza, hizo en ella gala de inventiva. Entre las más famosas que se usaron en Lima y que aún se usan, se encuentran la pava, el barril, la cola de pato, el gallinazo, el buque, la estrella, la cometa melliza, la cometa de pobre, la señorita, la cuna, el circulo, etc. etc. La cometa era, a pesar de su frágil y simple apariencia, dificilísima de hacer; pero lo fascinante era ver como se elevaba por el cielo.

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EL TROMPO
Este juguete, cuya forma siempre ha sido básica: un trozo de madera en forma de cono atravesado por una punta metálica y que en tiempos recientes ha tenido variables en otros materiales, ha sido la diversión máxima de muchos de nosotros. Lo que se busca es que el trompo ‘baile’ a partir de la utilización de un cordel que se enrolla desde la punta metálica hasta la mitad del mismo y que luego se suelta sobre el piso, lanzándolo con cierta fuerza. Con este juguete se puede  pasar una tarde llena de diversión y desarrollando habilidades nuevas, porque domar un trompo es todo un arte. No solo es hacer que gire sobre esa puntita de metal, sino que pueda brincar, lo puedas lanzar y que a pesar de todo siga girando.
El juego del “trompo”. Foto GEC Archivo Histórico

EL TROMPO Este juguete, cuya forma siempre ha sido básica: un trozo de madera en forma de cono atravesado por una punta metálica y que en tiempos recientes ha tenido variables en otros materiales, ha sido la diversión máxima de muchos de nosotros. Lo que se busca es que el trompo ‘baile’ a partir de la utilización de un cordel que se enrolla desde la punta metálica hasta la mitad del mismo y que luego se suelta sobre el piso, lanzándolo con cierta fuerza. Con este juguete se puede pasar una tarde llena de diversión y desarrollando habilidades nuevas, porque domar un trompo es todo un arte. No solo es hacer que gire sobre esa puntita de metal, sino que pueda brincar, lo puedas lanzar y que a pesar de todo siga girando.

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MUNDO O EL AVIONCITO
Es un juego tradicional infantil, que  se le conoce como "mundo" o “avioncito”. Es un juego el cual trata de brincar con uno o dos pies dependiendo la casilla en la que te encuentres. Cuando hay dos casillas juntas de manera acostada tienes que poner un pie en cada casilla. Tienes que lanzar una piedra, pedazo de madera o una moneda para que caiga en una casilla esa casilla no la vas a poder pisar Este juego también mejora tu coordinación. El objetivo es tirar la piedra en todas las casillas sucesivamente. Quien acabe antes, gana. Este juego ayuda a que los niños desarrollen la coordinación viso-motora, la agilidad, el movimiento y la motricidad gruesa.
El juego de “mundo” o “avioncito”. Foto GEC Archivo Histórico

MUNDO O EL AVIONCITO Es un juego tradicional infantil, que se le conoce como "mundo" o “avioncito”. Es un juego el cual trata de brincar con uno o dos pies dependiendo la casilla en la que te encuentres. Cuando hay dos casillas juntas de manera acostada tienes que poner un pie en cada casilla. Tienes que lanzar una piedra, pedazo de madera o una moneda para que caiga en una casilla esa casilla no la vas a poder pisar Este juego también mejora tu coordinación. El objetivo es tirar la piedra en todas las casillas sucesivamente. Quien acabe antes, gana. Este juego ayuda a que los niños desarrollen la coordinación viso-motora, la agilidad, el movimiento y la motricidad gruesa.

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Lamentablemente los juegos infantiles tradicionales están tan olvidados que muchos niños ni siquiera los conocen. Juegos populares como el escondite, la gallinita ciega, el lingo, la liga, el yas y muchos otros han sido reemplazados por juegos electrónicos, los cuales se pintan como atractivos. Los niños de hoy viven una especie de insatisfacción permanente, pues es cada vez más difícil acompañar el ritmo del juguete o del juego que está de moda, debido a su velocidad de actualización. Por lo tanto, jugar es una experiencia de cultura importante no sólo en los primeros años de la infancia, sino durante todo el recorrido de vida de cualquier ser humano.
Por diversas razones, estamos experimentando una fuerte caída de la actividad que mejor define la infancia: el juego al aire libre.. Foto GEC Archivo Histórico

Lamentablemente los juegos infantiles tradicionales están tan olvidados que muchos niños ni siquiera los conocen. Juegos populares como el escondite, la gallinita ciega, el lingo, la liga, el yas y muchos otros han sido reemplazados por juegos electrónicos, los cuales se pintan como atractivos. Los niños de hoy viven una especie de insatisfacción permanente, pues es cada vez más difícil acompañar el ritmo del juguete o del juego que está de moda, debido a su velocidad de actualización. Por lo tanto, jugar es una experiencia de cultura importante no sólo en los primeros años de la infancia, sino durante todo el recorrido de vida de cualquier ser humano.


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