Con frecuencia se suele escuchar a los padres de familia decir que su hijo es distraído e hiperactivo cuando se comporta de forma inquieta, impulsiva, presenta dificultad para terminar las tareas y se le complica concentrarse. Sin embargo, cuando esta condición comienza a afectar la vida cotidiana del menor, es momento de acudir a un especialista para cerciorarse de que no presente complicaciones o esté padeciendo de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Según el , el TDAH cuenta con una prevalencia de vida del 9.5%, y se caracteriza por una severa hiperactividad, impulsividad y falta de atención que impiden que el niño se desenvuelva adecuadamente en su entorno familiar, académico y social. Por ello, es importante identificarlo y tratarlo de forma temprana, de lo contrario, puede tener consecuencias para toda la vida.

Al principio, es posible que se confunda los comportamientos propios del TDAH como una mala conducta del niño, generando en los papás, estrés y frustración al sentir que no se les respeta, llegando inclusive hasta sentirse avergonzados.

En este contexto, y con el objetivo de ayudar a los padres,, escuela para padres de niños con TDAH, les recuerda cinco errores que se suelen cometer en la crianza del menor a fin de evitar caer en ellos:

Negación del problema

Algunos padres, tutores o cuidadores intentan defender las acciones de sus hijos y rechazan la posibilidad de que sea hiperactivo o tenga una condición específica. Este es el principal motivo por el cual la mitad de los niños con TDAH no son diagnosticados. De ahí su importancia de buscar ayuda a tiempo.

Temor al qué dirán

A menudo papá y mamá se encuentran a la expectativa de que en cualquier momento el niño se comportará mal y recibirán alguna crítica sobre sus acciones y crianza; lo que hace regañarlo inmediatamente, muchas veces de manera injusta. Se recomienda escucharlo y mantener una comunicación adecuada en todo momento.

Desinformación

Los padres deben autoeducarse en escuelas para padres certificadas y especializadas que les brinden el soporte necesario para aprender a manejar, de la manera más adecuada, el padecimiento del menor. Asimismo, informar tanto a los familiares como a los profesores sobre el diagnóstico de su hijo. De esta manera sabrán también como tratarlo y dirigirse a él. Así, por ejemplo, en el colegio, se evita poner en riesgo su desempeño escolar, y los maestros evitarán posibles provocaciones de sus compañeros.

Reproches frecuentes

Si bien es cierto es difícil controlar y aceptar la conducta de un niño con TDAH, se recomienda evitar todo tipo de críticas hacia su comportamiento, sobre todo cuando son características comunes de este trastorno. Por el contrario, cuando su hijo esté mostrando un comportamiento positivo controlando sus acciones, preste atención y felicite la buena conducta.

Excluirlo de actividades

Algunas veces los padres temerosos de que el comportamiento del niño se salga de control, evitan que participe en diferentes actividades con la familia y amigos, excluyéndolo de las fiestas o que practique algún deporte. Al contrario, se aconseja canalizar su hiperactividad por medio de la realización de ejercicio físico y labores que le permitan desarrollarse normalmente.

“Cuando los padres se interesan en conocer más a fondo sobre el TDAH, se educan, asisten a charlas, asesorías y siguen las recomendaciones indicadas por los especialistas, ayudan a los niños a mejorar su condición y salir adelante. Es importante reiterarles siempre que la crianza y la educación en casa es tan importante como cualquier otra parte del tratamiento”, afirma Malena Huamán, especialista de Padres Positivos.

En el Perú, existen alrededor de 75 mil niños que sufren síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, por ello, es importante conocer cuál es la mejor forma de llevar a cabo la crianza del menor y saber que hay muchos profesionales de salud e instituciones que pueden apoyarlos en este proceso y hacer que el niño tenga una mejor calidad de vida.

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