A sus 45 años de edad, la actriz no solo sigue robando suspiros con sus infartantes curvas e imponente belleza, sino también afirma que se sigue considerando una de las mujeres más deseadas del espectáculo e incluso reconoce que tiene jale con los chibolos, pero también con los hombres que buscan pasarse de vivos haciéndose pasar por solteros teniendo pareja.

Asimismo, indica que ya no le impresiona que un hombre le ofrezca viajes o cosas materiales porque resalta que es una mujer empoderada y sola puede darse sus lujos.

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Mariella, ¿Te consideras una mujer empoderada?

Siempre he sido empoderada, desde que salí de mi casa y me hice independiente, porque tomo mis propias decisiones. La embarro de vez en cuando, pero puedo asumir mis responsabilidades y aprender de ellas.

Actualmente llevas una relación cordial con los padres de tus hijos, pero debe ser complicado ser jefa de un hogar y criar sola a dos, ¿no?

Lo que es difícil es tratar a una adolescente y niño de cinco años. Son dos etapas diferentes, pero siempre he sido madre, ante todo.

La próxima persona que llegue a tu vida no solo deberá ganarse a la ‘gallina’, sino también a sus ‘pollitos’...

Sí, pero la verdad que todavía no quiero nada. Eso (el amor) está en un segundo plano, si llega, llega. Tampoco es que lo espere sentada, tengo bastante amor por todos lados y estoy tranquila cómo estoy. Soltera, pero nunca sola (risas).

A tus 45 años, te mantienes súper bien físicamente... ¿Qué haces?

Tomo colágeno en polvo todos los días, pero del otro colágeno (chibolos)... no.

Por ahí dicen que el ‘colágeno’ (estar con chibolos) está de moda... ¿No va contigo eso?

Para una vececita puede ser (risas).

¿Ya se te ha lanzado uno?

Varios chibolos se me han prendido, pero no pasa nada. Me dan penita.

Se podrían ilusionar rápido contigo...

¿Después cómo me los saco de encima? Tengo una suerte porque se ponen muy intensos, empiezan a llamar a cada rato, a preguntar qué hago, todos los días llaman y a mí me aburren los intensos.

Los pretendientes deben estar a la orden del día porque físicamente estás en tu mejor momento...

Sí, pero hay cada idiota que se acerca y escribe. La cosa está bien jodida, ‘manita’.

¿En qué sentido?

En todos. Me escriben, me ofrecen el oro y el moro, pero tienen pareja, así que paso. Ya cuando una toma madurez y está en cierta edad... da pereza estar patinando. Se me presenta cada baboso...

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¿Es verdad que un galán te estuvo afanando durando un buen tiempo y terminó siendo casado?

Sí. Todo empezó porque estaba buscando una empresa de yates para un evento, él me dijo que tenía, pero que no me lo quería alquilar sino prestar porque me quería conocer. Pasó un año, nuevamente quise buscar una empresa de yates y me responde desde otra página. Mis amigas empezaron a hablar con él, nos hicimos amigos, un día me llamó para invitarme a México, se va de viaje, me empezó a mandar fotos y me llama una mujer desde México a decirme mi gran vida. Me dio cólera, ¡qué tal raza! La tipa me insultó, le dije que a mí no me diga nada y que la basura la tenía al lado. Tenía todas las conversaciones para demostrar que decía la verdad. Hasta ahora me sigue escribiendo, pero lo bloqueo. Me llama de otros números, pero yo le digo: ‘Fuera mierd...’ y corto.

Por más que te ofrezcan viajes o departamento, ¿ya no te impresionan esas cosas?

Casa tengo, departamento también, viajes me lo puedo pagar y comida tengo bastante en mi casa. No necesito de nada ni nadie. Solo quiero respeto y que sean honestos.

¿Te has convertido en una detectora de tramposos?

No, pero si viene un ‘pata’, me invita o me presentan a alguien... digo: ‘Ah ya, chino. Hablamos’. ¡Qué pereza! Hay que dedicarle tiempo, después están diciendo a dónde voy, uy no. Ahorita puedo salir con mis amigas, disponer de mi tiempo y como lo que me da la gana.

En los últimos días se comenta mucho de los códigos entre las amigas y de quienes lo rompen... ¿Qué opinas?

Yo vengo de otra generación, donde los códigos sí se respetan. Por ejemplo, yo no me veo con una pareja de Tula (Rodríguez). No me vería emparejada con alguien que haya tenido una relación muy fuerte con mi amiga, no podría.

Tú sí respetas los códigos, pero... ¿has tenido una ‘dizke amiga’ que ha roto los códigos involucrándose con una expareja?

No, porque son de mi generación también. Ahora es otra moda que están usando.

¿Has tenido un desliz durante una relación amorosa?

Yo nunca le he sido infiel a nadie, pero sí me han puesto mis ‘ricos cachos de mantequilla’. Sin embargo, no perdono infidelidad.

Actualmente dices que te da flojera volver a enamorarte, pero en un futuro se podría dar... ¿Cuál es tu prototipo de hombre?

Si ves mi trayectoria, como que no tengo un prototipo de hombre establecido (risas). Para empezar, soy bien peruana, pero más que el físico, es una cuestión química. Me tiene que atraer y tiene que saber que la situación va ser complicadísima.

¿Eres de carácter fuerte o mujer jodida?

Uyy... Soy jodida hasta cuando me baño, porque tengo mi modo de ser y nadie me lo cambiará. Nunca me pueden decir que ropa ponerme, así me quede mal, me vea gorda o se me vea trasparente. Si me dicen que no les gusta lo que me he puesto, ahí me arrebato horrible y que huya. He armado guerras mundiales (risas), si yo decido ponerme una papaya en la cabeza, tienen que respetarlo.

En tus buenos tiempos has sido una de las mujeres más deseadas del espectáculo... ¿Lo sigues siendo?

Yo me miro en el espejo y me deseo. Tengo muchos fans, me escriben y me dicen muchas cosas.

En alguna oportunidad comentaste que te agrada el color oscuro... ¿Te sigue gustando el ‘chocolate’?

Sí. De vez en cuando el chocolate es bueno, es mejor que el colágeno. (risas).

Entre el ‘chocolate’ y el ‘colágeno’... ¿Con cuál te quedas?

A veces es mejor el chocolate que un colágeno.

Si Jefferson Farfán te invita a su ‘búnker’... ¿Aceptarías?

No. Tengo mi propio búnker.

Si por ahí sales con algún amigo, ¿Te cuidas de no ser ampayada?

No. Si te escondes algo estás ocultando. Yo no tengo por qué estar en la clandestinidad con nadie. La persona que quiera salir conmigo tiene que dar la cara tranquilamente.


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