Es el nuevo ‘jale’ en y la imagen de la cruzada de Avon contra el cáncer de mama. está más vigente que nunca y nos brindó unos minutos de su tiempo para contarnos cómo se siente, si es feliz, qué aprendió en la cuarentena y muchas cosas más.

Magdyel, estás de regreso en la televisión. ¿Emocionada o nerviosa?

Las dos cosas. Son emociones que abrazo y me encantan. Creo que si dejo de sentirlas me voy a preocupar, me hacen sentir viva, activa y presente.

En este confinamiento, ¿aprendiste una nueva habilidad?

Descubrí que era más disciplinada de lo que me imaginé. Traté de no exigirme tanto y ser más compasiva conmigo.

¿Cuál fue el sentimiento que más rondó en ti durante la cuarentena?

Uf, muchos. Pero nació mucho el sentimiento protector, también miedo y amor hacia mi familia, amigos y personas que no conozco.

Tres palabras que te definen...

Tres palabras serían injustas. Soy impaciente, sensible, exagerada, silenciosa, contradictoria, risueña, llorona, solitaria, pero también sociable (risas).

¿Eres una mujer feliz?

Antes imaginaba la felicidad como un lugar y un momento que iba a llegar, pero ahora sé que son instantes que aparecen en nuestra vida y hay que abrazarlos.

No puedes vivir sin...

Chocolate, Copito (su perro), mi madre, mi familia.

¿Qué sueño te falta cumplir?

Muchísimos. Sueño con viajar, estudiar, conocerme más.

¿Qué extrañas más de la ‘antigua normalidad’?

El contacto físico.

Eres embajadora de la cruzada Avon.

Es el segundo año que me invitan a esta cruzada, que es muy importante porque el cáncer de mama es una neoplasia que tiene alta mortalidad en mujeres. Por ello realizaremos una caminata virtual.

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