¿Otro caso de que un energúmeno le falta el respeto a la autoridad solo porque tiene plata? ¿Otro caso de “tú no sabes quién soy yo”? Un empresario llamado Víctor Chu Serrato de 49 años fue detenido en la madrugada del domingo, por manejar en estado de ebriedad pero a pesar de estar esposado y puesto a disposición de las autoridades de la comisaría de Punta Hermosa.

Víctor Chu Serrato se puso altanero y dijo a la policía con total desfachatez. “La verdad me dan pena. Es que es así, la vida es así.” Pero hasta ahí todo trascurría con cierta normalidad, si sin agresiones verbales, hasta que al policía le comunican al por radio una información y responde por interno ‘negativo’.

Fue donde Víctor Chu Serrato agredió verbalmente al policía ‘¡Obviamente soy negativo pues imbécil… Ni siquiera manejo. Tengo mi chófer para que maneje mi carro!”, dijo el empresario, que poco a poco fue subiendo la voz y los improperios, y hasta se atrevió a amenazar a los efectivos. “Yo no hecho nada… Tienes dos opciones. O me sueltas, o te jo…”, señaló el insolente.

Pero la malcriadez de Víctor Chu Serrato llegó al punto de jugar con la paciencia de los efectivos, cuando uno de ellos le pregunta su edad. Fue donde el empresario, “Lo suficiente… Me divierte esta parte. Vamos a seguir tu juego, 49. ¿Qué tal, cómo te sientes ‘sintiendo’ 49 años , y un hue… es superior a ti, hue….”. Pero el policía solo le decía que no le falte el respeto.

Víctor Chu Serrato no tuvo reparos en seguir con sus insultos, “Algún día van a ser gente, cuando sea Ministro del Interior, ustedes no son nada… Lo correcto sería, Sr. Chu disculpe, lo soltamos y me sueltan… Ustedes no tienen nada. En cambio yo, tengo dinero, tengo casas, tengo decencia, genero empleo. En cambio ustedes…son una mie… ¡Yo tengo 10 policías cuidando mi carro… ¡Suéltame mier…!”, vociferó el iracundo hombre.

A pesar de todo, Víctor Chu Serrato no se cansaba, aún tenía más ‘perlas’ que soltar. “¿Son felices? No son nada. ¡A mi, al rey. A un tipo que genera empleo, me tratas así. ¿Te parece decente eso? ¡Imbécil, a mí no me puedes tratar así! Tú te equivocaste… Son un par de hue…”. Sentencio el desubicado empresario.

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¿Otro caso de que un energúmeno le falta el respeto a la autoridad solo porque tiene plata? ¿Otro caso de “tú no sabes quién soy yo”? Un empresario llamado Víctor Chu Serrato de 49 años fue detenido en la madrugada del domingo, por manejar en estado de ebriedad pero a pesar de estar esposado y puesto a disposición de las autoridades de la comisaría de Punta Hermosa.

Víctor Chu Serrato se puso altanero y dijo a la policía con total desfachatez. “La verdad me dan pena. Es que es así, la vida es así.” Pero hasta ahí todo trascurría con cierta normalidad, si sin agresiones verbales, hasta que al policía le comunican al por radio una información y responde por interno ‘negativo’.

Fue donde Víctor Chu Serrato agredió verbalmente al policía ‘¡Obviamente soy negativo pues imbécil… Ni siquiera manejo. Tengo mi chófer para que maneje mi carro!”, dijo el empresario, que poco a poco fue subiendo la voz y los improperios, y hasta se atrevió a amenazar a los efectivos. “Yo no hecho nada… Tienes dos opciones. O me sueltas, o te jo…”, señaló el insolente.

Pero la malcriadez de Víctor Chu Serrato llegó al punto de jugar con la paciencia de los efectivos, cuando uno de ellos le pregunta su edad. Fue donde el empresario, “Lo suficiente… Me divierte esta parte. Vamos a seguir tu juego, 49. ¿Qué tal, cómo te sientes ‘sintiendo’ 49 años , y un hue… es superior a ti, hue….”. Pero el policía solo le decía que no le falte el respeto.

Víctor Chu Serrato no tuvo reparos en seguir con sus insultos, “Algún día van a ser gente, cuando sea Ministro del Interior, ustedes no son nada… Lo correcto sería, Sr. Chu disculpe, lo soltamos y me sueltan… Ustedes no tienen nada. En cambio yo, tengo dinero, tengo casas, tengo decencia, genero empleo. En cambio ustedes…son una mie… ¡Yo tengo 10 policías cuidando mi carro… ¡Suéltame mier…!”, vociferó el iracundo hombre.

A pesar de todo, Víctor Chu Serrato no se cansaba, aún tenía más ‘perlas’ que soltar. “¿Son felices? No son nada. ¡A mi, al rey. A un tipo que genera empleo, me tratas así. ¿Te parece decente eso? ¡Imbécil, a mí no me puedes tratar así! Tú te equivocaste… Son un par de hue…”. Sentencio el desubicado empresario.

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