Muchos padecen al vivir en busca de alcanzar la aceptación de los demás para sentirse bien psicológicamente, tomar decisiones e incluso ser ‘feliz’. Eso lleva a que la persona se pregunte a cada paso si lo que hace o no hace gustará a los demás y, en casos extremos, desencadena que uno viva del qué dicen o podrán decir, incluso dando sin recibir nada a cambio.

Esa necesidad de aprobación se manifiesta, por ejemplo, en buscar siempre el bienestar de los demás, antes del propio; anteponer las necesidades de los demás a las propias, y estar dando sin algo a cambio.

Ante esa dependencia respecto a los otros, expertos aconsejan a uno darse valor a sí mismo, cambiar de paradigma (forma de ver el mundo), defender sus derechos y comenzar a anteponer sus necesidades a las de los demás, no postergarlas por los otros sin razón valedera o solo para contentarlos o por el qué dirán.

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Resucita tu dignidad

“Lo que dice la gente te dolerá hasta que tú recuperes tu . Ese día descubrirás que la opinión ajena no te hace el mercado, ni te paga la renta. Entonces, resucita tu dignidad, te das valor, y cantas tu nuevo himno: ‘¡Si quieren hablar que hablen, total... a quién le importa!’”, señala el psicólogo Ramón Torres.

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No debe importarte la opinión ajena. Foto: iStock.
No debe importarte la opinión ajena. Foto: iStock.

La necesidad de aprobación para ser feliz es una dañina forma de pensar que se origina en la niñez, cuando uno busca ser ‘bueno’ para contentar a los padres o sufre abandono de estos y cree que es su culpa.

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