Con tan solo 21 años, Katherine Stone trabaja en un burdel. Pero al contrario de lo que se pueda pensar, la joven aún permanece virgen.

En el 2014, Kathy y su familia perdieron todo a causa de un incendio en Seattle. Frente a esta situación y viendo la historia de Natalie Dylan, una joven que intentó subastar su virginidad para pagarse una carrera universitaria, Stone tomó la decisión.

Es así que intentó hacer la subasta por medio de Dennis Hof, un magnate de los prostíbulos en Nevada. Sin embargo, el hombre de negocios se negó a llevar a cabo el negocio.

Kathy no dejó de intentar vender su himen, es así que viajó con su madre hasta Nevada para reunirse personalmente con Hof. Finalmente hicieron que el empresario cambie de opinión y acogió a la joven en uno de sus burdeles, donde vive desde mayo de este año.

Al principio solo trabajaba en el restaurante del local, pero pronto empezó a dar masajes. Además se le asignó una ‘hermana mayor’ con el propósito de que le enseñara cómo funcionaba el burdel.

Desde que hizo de dominio público su historia, Stone ha sido muy criticada. ‘Hasta que no están en mi lugar, no saben muy bien lo que está pasando. Estamos en una situación económica muy mala. Yo solo estoy capitalizando algo que la mayoría de las mujeres no hacen', explica.

Hasta el momento, la subasta ha recibido tres cantidades. La más alta de 400.000 dólares, aunque asegura que se trata solo del comienzo: ‘Todavía es pronto en el proceso. Todavía estoy aprendiendo un montón de cosas aquí en el burdel. Es demasiado pronto aún para decidir’.

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