Sí se puede. En Japón, el país donde el desarrollo de robots es de los más avanzados del mundo, el ingeniero mecatrónico peruano Dante Arroyo (32) fue parte importante en la creación de androides para proyectos educativos y asistencia social. De vuelta en Lima, busca aplicar todo lo aprendido.

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“En Japón creé un robot que interactuaba de manera natural con las personas. Saludaba y se movía de un lado a otro”, contó.

Dante Arroyo junto a científico japonés.
Dante Arroyo junto a científico japonés.

Luego se sumergió en un proyecto para apoyar en la enseñanza de niños. “Durante la pandemia hicimos robots que llamaban la atención con gestos a los pequeños para que no se distraigan en sus clases virtuales”, apuntó.

Tras vivir siete años en el país del sol naciente, decidió regresar. Actualmente integra Tumi Robotics, una startup que desarrolla proyectos de diseño y fabricación de robots para el monitoreo de ecosistemas.

También piensa trabajar en humanoides cálidos (llamados así porque actúan como personas y no como frías máquinas) para centros educativos de niños con habilidades especiales.

Dante Arroyo estudió la maestría en Tecnologías de Interacción Inteligente en la Universidad de Tsukuba.
Dante Arroyo estudió la maestría en Tecnologías de Interacción Inteligente en la Universidad de Tsukuba.
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Desde el colegio

“Desde niño me gustaba arreglar y desarmar las cosas. En el colegio era bueno en matemáticas y física”, recuerda. Estudió ingeniería mecatrónica luego de conocer que abarcaba la ingeniería electrónica e informática.

“Profesores de la Universidad Católica, que estudiaron en Japón, me explicaron qué era la robótica social. Me fascinó”, dice. Ganó una beca en 2014 a la maestría en Tecnologías de Interacción Inteligente en la Universidad de Tsukuba.

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