La semana pasada los peruanos nos quedamos boquiabiertos cuando el candidato presidencial declaró que gana ¡56 millones de soles anualmente! Muchos agarraron su calculadora y empezaron a hacer sumas, restas y divisiones.

De ese monto se desprende que el líder de Alianza Para el Progreso (APP) gana mensualmente S/.4 millones 666 mil, diariamente S/.155 mil 533 y por hora S/.6 mil 458. Si César Acuña duerme siete horas diarias, se embolsica unos 42 mil soles sin hacer nada. Es decir, hasta cuando duerme gana ‘plata como cancha’.

Eso no es todo. También declaró ante el Jurado Electoral que posee inmuebles avaluados en S/.5.5 millones: dos departamentos, ocho terrenos, siete casas y un estadio. Tiene, además, 14 microbuses, 15 ómnibus, 20 trimotos, 56 camionetas, dos camiones y tres automóviles, valorizados en S/.9.4 millones.

César Acuña –a quien las encuestadoras lo ubican entre el segundo y tercer lugar para las elecciones de abril próximo- peca de soberbio. Apenas se conoció la noticia de sus millonarios ingresos, declaró en Trujillo: “Todavía no están las propiedades. O sea, sino imagínense, ahí se alocan. Plata como cancha”.

Ahora recién muchos entienden por qué Rosa Núñez, su exesposa, lo denunció públicamente hace unos meses. Dijo que César Acuña solo le pasaba S/.111 mil mensuales para sus gastos personales. Las amas de casa pusieron el grito en el cielo. Se trata de un montón de dinero. Pero ahora que sabemos que Acuña gana más de S/.6 millones mensuales, ese monto que le pasa a Núñez resulta, para él, apenas una mala propina.

Los millones que tiene el candidato César Acuña, por cierto, son lícitos. Lo que poco se conoce, sin embargo, es que Acuña empezó a amasar su fortuna gracias –paradojas de la vida- al gobierno del expresidente Alberto Fujimori, cuya hija, Keiko, hoy es su rival electoral.

En 1996, Fujimori promulgó el Decreto Legislativo 882, que permitió la creación de muchas universidades ‘chicha’, entre ellas las de César Acuña: César Vallejo, Señor de Sipán y Autónoma del Perú.

La norma otorgaba enormes beneficios tributarios a los dueños, a cambio de calidad educativa. Pero a estos –entre ellos el hoy candidato presidencial- no les importó lo académico. Con el dinero que se ahorraron comenzaron a construir verdaderas moles de cemento para albergar alumnos. Así se hicieron millonarios.

Los beneficios tributarios, según la ley, debían acabar en 1999. Pero en el colmo de los colmos, los dueños la aprovecharon hasta el año 2008, cuando se descubrió la irregularidad.

No es tan cierto, entonces, que César Acuña ‘haya salido de abajo’, como argumentan alegremente sus ‘jales’ al Congreso, entre ellos la vicepresidenta Marisol Espinoza.

Ojalá que en las próximas entrevistas periodísticas –hasta hoy condescendientes con Acuña- le planteen con rigor esta y otras dudas que existen sobre el origen de su cuantiosa fortuna.

Nos vemos el otro martes.

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La semana pasada los peruanos nos quedamos boquiabiertos cuando el candidato presidencial declaró que gana ¡56 millones de soles anualmente! Muchos agarraron su calculadora y empezaron a hacer sumas, restas y divisiones.

De ese monto se desprende que el líder de Alianza Para el Progreso (APP) gana mensualmente S/.4 millones 666 mil, diariamente S/.155 mil 533 y por hora S/.6 mil 458. Si César Acuña duerme siete horas diarias, se embolsica unos 42 mil soles sin hacer nada. Es decir, hasta cuando duerme gana ‘plata como cancha’.

Eso no es todo. También declaró ante el Jurado Electoral que posee inmuebles avaluados en S/.5.5 millones: dos departamentos, ocho terrenos, siete casas y un estadio. Tiene, además, 14 microbuses, 15 ómnibus, 20 trimotos, 56 camionetas, dos camiones y tres automóviles, valorizados en S/.9.4 millones.

César Acuña –a quien las encuestadoras lo ubican entre el segundo y tercer lugar para las elecciones de abril próximo- peca de soberbio. Apenas se conoció la noticia de sus millonarios ingresos, declaró en Trujillo: “Todavía no están las propiedades. O sea, sino imagínense, ahí se alocan. Plata como cancha”.

Ahora recién muchos entienden por qué Rosa Núñez, su exesposa, lo denunció públicamente hace unos meses. Dijo que César Acuña solo le pasaba S/.111 mil mensuales para sus gastos personales. Las amas de casa pusieron el grito en el cielo. Se trata de un montón de dinero. Pero ahora que sabemos que Acuña gana más de S/.6 millones mensuales, ese monto que le pasa a Núñez resulta, para él, apenas una mala propina.

Los millones que tiene el candidato César Acuña, por cierto, son lícitos. Lo que poco se conoce, sin embargo, es que Acuña empezó a amasar su fortuna gracias –paradojas de la vida- al gobierno del expresidente Alberto Fujimori, cuya hija, Keiko, hoy es su rival electoral.

En 1996, Fujimori promulgó el Decreto Legislativo 882, que permitió la creación de muchas universidades ‘chicha’, entre ellas las de César Acuña: César Vallejo, Señor de Sipán y Autónoma del Perú.

La norma otorgaba enormes beneficios tributarios a los dueños, a cambio de calidad educativa. Pero a estos –entre ellos el hoy candidato presidencial- no les importó lo académico. Con el dinero que se ahorraron comenzaron a construir verdaderas moles de cemento para albergar alumnos. Así se hicieron millonarios.

Los beneficios tributarios, según la ley, debían acabar en 1999. Pero en el colmo de los colmos, los dueños la aprovecharon hasta el año 2008, cuando se descubrió la irregularidad.

No es tan cierto, entonces, que César Acuña ‘haya salido de abajo’, como argumentan alegremente sus ‘jales’ al Congreso, entre ellos la vicepresidenta Marisol Espinoza.

Ojalá que en las próximas entrevistas periodísticas –hasta hoy condescendientes con Acuña- le planteen con rigor esta y otras dudas que existen sobre el origen de su cuantiosa fortuna.

Nos vemos el otro martes.

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