Por: Jordan Arce

La primera vez que Mishell Loli (26) vio al futbolista brasileño Ronaldinho dominar el balón, como si tuviera un imán pegado al pie, quedó admirada. Sin tenerlo aún claro, empezaba a nacer su gusto por las ‘pataditas’ y ‘cabecitas’.

Desde muy pequeña soñaba en convertirse en una reconocida futbolista, pero una lesión la alejó de las canchas. Tuvo que colgar los chimpunes y dejar su puesto de volante de contención, que tantas alegrías le había dado.

Fue recién en 2016 que ella empezó a descubrir al freestyle fútbol y el conjunto de trucos con la redonda que era capaz de hacer. Jugaba muy bien, pero se dio cuenta que dominar era otra cosa.

“Tuve que aprender desde cero. Al inicio, entrenaba una vez a la semana o dos veces al mes, pero por hobby. Después me enteré que más chicas lo practicaban y que había torneos. Así que decidí competir profesionalmente”, cuenta.

Motivada por este deporte, sintió que “volvía a la vida” y comenzó a pasar la página negra de su lesión. Sus entrenamientos se volvieron más frecuentes y el balón parecía ser parte uniforme de su cuerpo. Lo empezaba a dominar a su antojo.

Practica dos horas diarias al menos seis días a la semana.
Practica dos horas diarias al menos seis días a la semana.

DURO CAMINO

En 2017 llegó a sus oídos un campeonato de freestyle fútbol en Colombia y decidió inscribirse. Para ese entonces, se ganaba la vida haciendo acrobacias en los semáforos del Cercado de Lima, pero la falta de dinero era algo que no iba a detenerla.

Agarró su mochila y reunió lo poco que tenía en efectivo de las propinas que recibía de los conductores. Salió por tierra hasta Ecuador, donde también trabajó en los semáforos, y luego llegó a Colombia un día antes de realizarse el campeonato.

“Obtuve el cuarto puesto, pero no me fui triste. Era la primera vez que yo me enfrentaba a otras chicas internacionalmente, que tenían más nivel y experiencia. Cuando regresé a Lima, llegué con ganas de comerme el mundo”, relata.

Haciendo sus acrobacias en un semáforo del jirón Zorritos, en el Centro de Lima.
Haciendo sus acrobacias en un semáforo del jirón Zorritos, en el Centro de Lima.

Sin embargo, se dio cuenta que su camino recién iniciaba y había todavía una tramo duro por correr. Para no dejar su sueño vendió rifas y comida. Buscó ayuda de marcas deportivas conocidas, pero le cerraron las puertas.

“Es un deporte tan nuevo, que no hay apoyo. Uno mismo tiene que pagarse todo. Desde los viajes a las competencias hasta su propio entrenamiento y terapias físicas”, comenta.

PERÚ POR LO ALTO

Pese a todas las adversidades, esta aguerrida peruana va camino a entrar al top 16 de freestyle fútbol femenino del mundo. Participa en el torneo internacional más importante de esta disciplina, que organiza este año de manera virtual.

Su esfuerzo y sudor han hecho que sobresalga de entre 500 competidores, que también luchan por un sueño. Y gracias a sus alucinantes acrobacias con la pelota ahora está considerada entre las 32 mejores del planeta.

“Es una gran hazaña para mí, porque no hay otra peruana que lo haya logrado. Siento que todo mi entrenamiento y perseverancia están dando resultados. Mi objetivo es seguir avanzando hasta ser la número uno”, asegura.

Dejando en alto la bandera blanquirroja en una competencia internacional.
Dejando en alto la bandera blanquirroja en una competencia internacional.

BUENA SAZÓN

En la actualidad, Mishell dejó las acrobacias en los semáforos. Se dedicaba a hacer shows de freestyle fútbol en eventos corporativos, pero la empresa para la que trabajaba la despidió por la pandemia.

Nuevamente salió a flote su espíritu de luchadora y se reinventó con la venta de postres, que ella misma prepara en su casa del , para luego entregarlos por delivery.

“Hago crema volteada, tres leches, cheesecake de maracuyá y fresa, budín, torta de chocolate y arroz con leche. No es por nada, pero los clientes se quedan encantados. Heredé la sazón de mi mamá, que cocina riquísimo”, revela entre risas.

Repartiendo por delivery sus postres con todos los protocolos de bioseguridad.
Repartiendo por delivery sus postres con todos los protocolos de bioseguridad.

Si hay algo que caracteriza a Mishell es que siempre busca dar su máximo en las cosas que se propone. “Siempre se puede. A pesar de los obstáculos, en algún momento vas a ver la luz al final del túnel”, afirma.

SEPA QUE…

-En su Instagram ‘lolimishell.fs’ se pueden ver sus asombrosos videos.

-Para pedidos de postres entra a su Instagram ‘Motitos Gustitos’.

- Lugano y Glacial son las dos únicas marcas peruanas que la apoyan.

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