El uso de las es la mejor garantía para evitar el contagio por . Sin embargo, su uso prolongado está originando un aumento de personas que aquejan de dolor mandibular y problemas en la Articulación Temporomandibular (ATM). Esta articulación es la que permite a la mandíbula funcionar adecuadamente en masticación, deglución (pasar los alimentos), fonación (hablar) y respiración.

Como bien sabemos toda acción tiene una reacción y de eso no se excluye la presión que realiza la mascarilla sobre la región maxilofacial (situada entre el oído, el mentón y la boca). Se genera entonces, una respuesta tensional de los músculos faciales y con ella, también de los masticatorios, lo cual puede derivar en diversas situaciones, como fatiga de dichos músculos, cefalea (dolor de cabeza) tensional, activación del acto de frotar o juntar los dientes que llamamos bruxismo, tensión cervical, entre los más destacables.

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A lo anterior se suma el propio estrés que desarrolla una persona, que porta una o dos mascarillas, estando a la vez atenta a cualquier fuente de contagio mientras está en la proximidad de otros. El estrés nos ayuda a estar alertas, pero también puede ser perjudicial en cuanto nos haga más sensibles a la fatiga muscular facial, masticatoria o cervical, o puede ser un activador para liberar inconscientemente la preocupación mediante el hábito del bruxismo (conocido como el rechinar de los dientes).

La fatiga tensional a nivel facial se puede sentir en los oídos, en las sienes, en la frente, a los lados de la mandíbula, puede también asociarse a molestias cervicales como a los lados o parte posterior del cuello. El dolor puede ser como en forma de vincha, muy intenso, pulsátil (como pulsaciones que repercuten en la cabeza), irradiado (que se extiende), saltatorio (que va de un punto a otro), entre otros más.

Síntomas que pueden presentarse

· Dolor crónico de cabeza.

· Bruxismo (hábito de frotar los dientes) y desgaste dental.

· Dolor de la mandíbula y cara.

· Presión y/o zumbidos en los oídos.

· Molestias al masticar.

· Dificultad al movilizar la boca.

· Sonidos al abrir y/o cerrar la boca.

· Cervicalgia o dolor de cuello.

· Sensibilidad dental al cambio de temperatura.

Consejos para evitar el dolor

El cirujano dentista de las Clínicas Multident, Jesús Ochoa, explica que el tratamiento en consultorio dependerá según cada caso. Se recomendará al paciente:

Técnicas con dispositivos intraorales como férulas oclusales (similares a un postizo, pero de color transparente), que son elementos hechos a medida y utilizados como tratamiento para corregir diferentes patologías, especialmente el bruxismo y desórdenes de la articulación temporomandibular. Las férulas oclusales, en función de las características que presente cada paciente, pueden colocarse en la arcada superior (dientes de arriba) o inferior (dientes inferiores) de la boca.

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Otros tratamientos como: fisioterapia oral, deprogramación (relajación controlada), ortodoncia, rehabilitación oral y cirugía, se suman a los beneficios que se puedan lograr a través de las férulas oclusales. El objetivo final es recuperar la funcionalidad de la mandíbula del paciente y combatir su dolor.

El especialista al final del tratamiento dará las recomendaciones que correspondan con lo que presenta cada persona para prevenir nuevas molestias por la misma razón, así como evitar que se ponga en riesgo de dolencias similares, indicando medidas preventivas, así como, los periodos de control necesarios.

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