De los enormes cartuchos a las memorias SD: La evolución de los soportes para videojuegos
De los enormes cartuchos a las memorias SD: La evolución de los soportes para videojuegos


Una de las cosas que más nos llamó la atención de la cuando la , aparte de su innovador concepto híbrido que combina la experiencia del juego casero con lo portátil, fue la potencia gráfica de los títulos que ofrece pese a ser ofrecidos en diminutas memorias SD que fácilmente podrían ir dentro de cualquier smartphone o cámara digital.

Esta característica de los juegos de la Nintendo Switch se ve enormemente reflejada en ‘The Legend of Zelda: Breath of the Wild’, considerado como uno de los títulos bandera del hardware con el que intenta liderar la nueva generación de las consolas, dominada actualmente por PlayStation y Microsoft con sus poderosas PlayStation 4 Pro y Xbox One.

¿Pero el tamaño siempre importó al hablar de los soportes de los ? Si hacemos una retrospectiva nos toparemos con aquellas grandes piezas de plástico que los gamers solían usar hasta finales del siglo pasado antes que estos fueran reemplazados por los discos compactos (CD) y sus posteriores versiones mejoradas como el DVD y el Blu-ray.


UN POCO DE HISTORIA

En 1972 se lanzó al mercado la primera consola casera llamada Magnavox Odyssey, la cual ofrecía diversos juegos a través de cartuchos. Sin embargo, no fue hasta el lanzamiento del Atari 2600, en 1977, que este soporte se hizo verdaderamente popular en la primera y segunda generación de las consolas.

A pesar de que su producción no resultaba tan barata como la de los CD en años posteriores –punto que tocaremos en las siguientes líneas–, la fabricación masiva de cartuchos no tenía un precio elevado, algo que fue aprovechado enormemente por la incipiente industria de los videojuegos de aquel entonces.

Además, los cartuchos también permitían incluir chips y determinadas piezas en su interior, de manera que aunque las consolas de aquel entonces no llegaran a cumplir ciertos estándares, estos podían suplirlos y ejecutar juegos que requerían más potencia (aumentar su capacidad, mejorar el sonido, renderizar ciertas cosas, entre otras características).

Otro aspecto a su favor es que los cartuchos, al no incluir piezas móviles, eran más resistentes a los golpes y al número de lecturas, además de eliminar los tiempos de carga de los juegos y no era necesario hacer nada más que introducirlo para poder jugar el videojuego que hubiera cargado en su interior.


Todas estas especificaciones supusieron que, tras la crisis de los videojuegos de principios de 1980, los cartuchos seguían siendo los reyes. La tercera generación de las consolas, con Nintendo a la cabeza con la NES o su versión japonesa llamada Famicom (1983), la MasterSystem (1985), la Atari 7800 y la Amstrad GX4000, funcionó enteramente con estos dispositivos, al igual que buena parte de la cuarta generación, con la Sega Mega Drive (1988) o la Super Nintendo Entertainment System (1990).

A mediados de 1990 el panorama cambió drásticamente. Pese a que aún había consolas como la Atari Jaguar (1993) o la Nintendo 64 (1996) que aún demostraban su fidelidad a los cartuchos, éstos fueron perdiendo terreno poco a poco ante el CD, que era más barato de producir y con más capacidad de almacenamiento interno, sobre todo con la llegada de la PlayStation de Sony en 1994 que dio pie a la quinta generación de las consolas.

Si bien las consolas a mediados de los 90 ya no eran tan “débiles” en lo que a hardware o software referían y podían ejecutar, por sí mismas, gráficos más potentes, el CD tampoco tuvo tanta vigencia ya que este fue reemplazado por el DVD en la PlayStation 2 y posteriormente con el Blu-ray en la PlayStation 3 y 4.


Aún así, los cartuchos como tal no desaparecieron y encontraron cabida dentro del mundo de las consolas portátiles gracias a Nintendo y su monopolio de aparatos en este rubro. Desde la aparición de la primer Game Boy, todos sus juegos han llegado en este soporte y han ido adaptándose a los tiempos como por ejemplo, con la Nintendo DS que usa una memoria SD como “cartucho”.

Quizá haya sido esta tendencia la que inclinó a Nintendo a volver a los cartuchos en un momento en el que soportes de videojuegos como los DVD y los Blu-ray de populares consolas compiten palmo a palmo con las crecientes descargas digitales y los juegos online, apostando por el sentimiento retro de sus seguidores pero adaptados para la demanda de hoy.

Es así que con todo esto, podemos concluir que los cartuchos no parecen haber muerto sino que solo se estaban preparando para su vuelta estelar al ruedo completamente reformulados para suplir las necesidades de los gamers de la actualidad, ofreciendo una mayor capacidad de almacenamiento y características que no tienen nada que envidiar a los otros soportes.

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