Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante para llevarse un cebichito de bonito y un chaufa de pescado con ajicito molido. “María, ayer te comentaba que la es un periodo de reflexión, reconciliación y paz, especialmente en estos tiempos de pandemia que nos causan tanto dolor y angustia.

Hay que respirar hondo y pensar que todo lo malo pasará. Aprovechemos el día para ver películas que describen la forma en que Jesucristo soportó los más crueles castigos para salvarnos.

Sobre los hombres y mujeres leales a Jesús, pero también de los deshonestos, los timoratos, como Pedro, quien lo negó tres veces antes de que cante el gallo. O de cuando Cristo perdona sus pecados a María Magdalena y también se compadece de un leproso y lo sana.

La multiplicación de panes y peces, la traición de Judas, la lavada de manos de Poncio Pilatos y muchos otros pasajes bíblicos. Estos y otros valores y conceptos están muy presentes en Semana Santa y sirven de fuente de inspiración para renovar nuestro mundo psicológico y emocional, para enseñar a nuestros hijos a ser buenas personas, dignas y útiles a la sociedad. Estos son algunos de los valores que tendríamos que inculcarles a nuestros hijos, aprovechando estos días de recogimiento:

  • La amistad: Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona. Los apóstoles fueron un claro ejemplo de este valor.
  • La valentía: No es solo la ausencia de miedo. Es, más bien, tomar decisiones pese al temor. En la crucifixión, muchos le dijeron a Jesús: ‘Si eres el Mesías, sálvate a ti mismo, baja de la cruz’. Él pudo hacerlo, pero no lo hizo por valiente.
  • La justicia: Es el principio moral que hace que la persona entregue a cada quien lo que le corresponde o pertenece. La crucifixión, luego de la lavada de manos de Pilatos, fue consecuencia de una injusticia.
  • La lealtad: Es una virtud consistente en el cumplimiento de lo que exigen las normas de fidelidad, honor y gratitud. Es decir, aquello que Judas no respetó cuando vendió a Jesús.
  • La humildad: Consiste en aceptar nuestros defectos y reconocer las virtudes de los otros.
  • El servicio: Debemos ser siempre serviciales sin sentirnos ofendidos. Servir a los demás o ayudar a quien lo necesite es digno de imitar.
  • El amor: Es comprender, servir, dar, compartir, querer, respetar y convivir. La razón de la muerte de Jesús es el amor. Su gran sacrificio significó nuestra salvación”. Mi amigo Gary tiene razón. Vivamos la Semana Santa con paz y amor. Me voy, cuídense.



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