El médico Christopher Franz Bettocchi. (GEC)
El médico Christopher Franz Bettocchi. (GEC)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, y el redactor gigantón ‘Barney’ llegaron al restaurante para tomarse su caldo de gallina con su huevito duro, papa amarilla, y su chicha morada al tiempo. “María, el director nos llamó a su oficina: ‘Muchachos, continúen con las historias de ‘crímenes sin resolver’, exprímanlo a ‘El Sonambulo’…

‘Coleguitas, nos dijo el legendario periodista ‘lechucero’, los criminales más avezados planean ‘el crimen perfecto’, desapareciendo el cadáver. ‘No hay cuerpo, no hay delito’. Tal vez el crimen perfecto fue el del legendario líder sindicalista norteamericano Jimmy Hoffa, quien una noche llegó a un restaurante para reunirse con dos mafiosos que nunca llegaron, y desde allí despareció hasta el día de hoy.

El médico peruano Christopher Franz Bertocchi se apareció en la comisaría de Miraflores para denunciar a su esposa, la canadiense Kimberlee Kasatkin, por ‘abandono de hogar’.

Según Bertocchi, su pareja desapareció de la casa el 7 de noviembre del 2016. El hombre hizo toda una actuación, digna de ganar el Oscar al mejor actor dramático, frente a los policías, en su papel de esposo abandonado con dos niños. Daba a entender que ‘la gringa’ estaba ‘con la cabeza caliente’ y seguramente se había ido con otro.

Nadie pensaba que el dolido esposo podía tener algo que ver en la desaparición de la canadiense. Hasta que dos semanas después, los ‘tigres’ de Homicidios casi se caen de espaldas al analizar los videos de las cámaras de la cochera del edificio donde vivían el médico y su esposa extranjera. Allí se le veía, justo el día en que denunció la desaparición, bajando a la cochera, cargando un pesado bulto.

Allí estaba el cuerpo de la mujer, según la policía. A partir de ahí, el esposo se convirtió en el principal sospechoso. Sin embargo, pese a los intensos interrogatorios, se negaba a admitir su culpa y, menos aún, revelar dónde enterró los restos de la mujer.

Para complicar más su situación, los padres de la desaparecida llegaron al país y aseguraron que su hija era agredida constantemente por su pareja, y planeaba separarse de él. Las pruebas contra el médico se acumulaban, pues mintió diciendo que su esposa salió del edificio; sin embargo, no había registro de su salida.

Además, regaló el colchón que compartía con su cónyuge a una empleada de su madre y en este se encontraron rastros de sangre. Bertocchi estuvo recluido en el penal Castro Castro hasta el 5 de junio del 2018, en que un sospechoso ‘hábeas corpus’, presentado en el Segundo Juzgado Penal de Cieneguilla y Chosica, revocó la prisión preventiva y salió en libertad.

Sin embargo, el 2 de julio del 2018 la Décima Fiscalía Penal de Lima formuló acusación en su contra por feminicidio y pidió 17 años de prisión. Actualmente se encuentra no habido y desde febrero integra la lista de los más buscados, ofreciéndose una recompensa de 20 mil soles a quien dé razón de su paradero.

Pero lo terrible es que nadie puede decir -salvo el sospechoso- dónde enterró el cuerpo de la canadiense Kimberlee, a quien sus padres lloran y esperan, resignados, poderle dar sepultura, pues no dudan de que su yerno la mató‘”. Qué terrible historia contó ‘El Sonámbulo’. Me voy, cuídense.



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