Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su mondonguito a la italiana con arroz blanco graneadito y, para tomar, agüita de cocona fresquecita. “María, veo con preocupación que lentamente se están llenando las unidades de Cuidados Intensivos en los distintos hospitales del país, con enfermos de .

De a pocos la gente se está olvidando de lo peligrosa que es esta enfermedad, que incluso nos puede llevar a la muerte. Solo para hacerles recordar: en estos dos años de pandemia hay más de ¡200 mil fallecidos en todo el país! Por eso me causa extrañeza ver Mesa Redonda, Gamarra y otros centros comerciales repletos de gente.

De nada va a servir prohibir las reuniones en Navidad y Año Nuevo si no nos cuidamos al salir de casa. La memoria a veces es frágil. ¿Quién no tiene una historia de muertos o enfermos graves entre sus familiares, amigos, compañeros de trabajo o conocidos? Pero lo que viene causando una polémica mundial es la efectividad de las vacunas.

La mayoría de médicos coincide que estar vacunado puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, pero también están los que se oponen a ponérsela ya que -aseguran- dudan de la eficacia ya que los vacunados siguen enfermándose.

Lo cierto es que esta pandemia no tiene cuándo acabar y el virus sigue mutando. Ayer leía con mucha atención la opinión del doctor Marco Almerí, quien reveló que esta enfermedad está dejando muchas secuelas, como la arritmia cardiaca, y puso el caso del futbolista ‘Kun’ Agüero, quien acaba de dejar el fútbol.

El Gobierno ha promulgado la norma que prohíbe el ingreso a locales cerrados (como centros laborales, cines, tiendas, supermercados, malls, edificios públicos) si no tienen las dos dosis. Acá también han surgido las opiniones en contra porque mucha gente dice ‘yo no me quiero vacunar y no me pueden discriminar’.

Ayer, el Banco de la Nación anunció que no permitirá ninguna operación a los no vacunados en sus oficinas. Este tipo de medidas incrementó el número de gente en los vacunatorios. Solo el primer día hubo un alza de 120 mil personas. Y según el Ministerio de Salud, más del 70 por ciento de la población (20 millones) ya tiene las dos dosis, con las que están protegidos de enfermarse gravemente.

Ahora deben esperar a su tercera dosis para protegerse de las nuevas cepas, como la ómicron, que está esparciéndose rápidamente por todo el mundo. Ojalá que esta pandemia se acabe de una vez y no provoque más secuelas, pues necesitamos salir de esta crisis y recuperarnos económicamente”. Pucha, mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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