El Chato Matta llegó al restaurante por un espectacular sudado de cachema con yuca sancochada, una porción de arroz blanco, limón y rocotito molido. Para calmar la sed se pidió una limonada frozen. “María, la semana pasada te comentaba del candente encuentro entre el gran Pancholón y el cirujano aprendiz de mujeriego.

La salsa empezó a sonar fuerte en el búnker del abogado. ‘Yo soy un mujeriego/ pobre, muy sincero/ con el corazón/ Me gusta la farra y las mujeres buenas/ Vivir con amigos, vaciando botellas/ Me gusta la vida, me encanta el amor/ Soy aventurero con el corazón/ Y a mí me gusta la parranda/ A mí me gustan las mujeres/ Escucharme una buena banda/ Y darle gusto a mis placeres’…

PANCHOLÓN: Chotillo, ya me contaron que estás como loquito correteando a una ‘chamita’. Tú crees que el mundo se va a acabar mañana. En la calle se camina con cuidado y sin hacer daño a nadie. Ya te pareces a Trauco tirando maicito a la mujer de y te vas de pepa porque ni con toda la plata del mundo te atracan. Así manejes un Audi convertible, luzcas un Rolex, achote en el cuello, siempre vas a ser un patán. La vez pasada, la flaca Iraida te vio y susurró: ‘Nunca me acostaría con este tipo, que me cobre el doble la operación a la rodilla’.

CHOTILLO: Pancho, yo creo que la enfermedad y los treinta kilos que has bajado te han loqueado. Se te han venido los años encima, paga capricho y chequéate esa próstata. Te crees muy ganador y ahora no veo a ninguna de esas loquitas que te sangraban, que te puedan preparar una sopita de pollo. Estás tan de bajada que tu camioneta luce toda abollada y te corres de los inspectores porque no tienes ni SOAT...

PANCHOLÓN: Doctorcito, me das pena, yo jalo por carisma y a ti todo el mundo te ‘maletea’ porque eres malo con tu boca. Para mí, no hay mucha diferencia entre ti y esos malditos que pepean y se aprovechan de las mujeres cuando están borrachas. Ten cuidado que te vayan a largar y ahí me vas a llamar para que te defienda. Solo conquistas con plata y ofreciendo chamba. Yo estoy viejo, ojeroso y desparramado, pero recibo cariñitos sinceros, las flacas contigo pujan, pasan la saliva y cierran los ojos. Es un secreto a voces que ni chapar sabes...

CHOTILLO: Emperador, qué feo llegar a tu edad y que no llegue ni un mensaje de ‘wasap’. La vez pasada se cayó tu billetera y chorrearon dos pastillitas azules, ya no se te paran ni las moscas.

PANCHOLÓN: Chotillo, sigue ‘tirando maicito’ en la calle a cualquiera y te van a terminar sacando del hotel envuelto en sábanas. Entiende, eres sangre chinche para las mujeres, no te soportan, cuando te hacen el amor cierran los ojos y cuentan hasta diez para que acabe esa tortura...”. Asu, la conversación se puso caliente. Me voy, cuídense.

TE PUEDE INTERESAR:



Contenido sugerido

Contenido GEC