La relación entre padres e hijos se fortalecen con esa clase de afectos. (Foto referencial: Pixabay)
La relación entre padres e hijos se fortalecen con esa clase de afectos. (Foto referencial: Pixabay)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, pasó por el restaurante para llevarse un estofado de pavita con arvejitas, papa amarilla y ajicito molido.

“María, ayer leía en Trome, en un interesante artículo, a la psicoterapeuta Luisa Álvarez, quien aconsejó a los padres de familia criar a los hijos con amor y disciplina. ‘Muchos padres no imparten disciplina, porque piensan que así no les están demostrando su amor’, precisó. La verdad que eso significa poner reglas dentro del hogar, basados en principios y valores. Por eso, no basta con darle a los hijos una buena educación, hace falta inculcarles buenos consejos de vida para que sean personas de bien que contribuyan al desarrollo del país y a la eliminación de las injusticias. A los chicos hay que hablarles desde pequeñitos y enseñarles con el ejemplo. Algunos valores fundamentales:

  • La honestidad. Es ser decente, razonable y justo. También implica ser probo y recto. Es no mentir por miedo o conveniencia. Es admitir los errores.
  • La honradez. Es tener rectitud de ánimo e integridad en el obrar. Es el respeto al otro y valorar la verdad como un valor fundamental en la vida y en la sociedad. Significa, por ejemplo, que no se debe robar.
  • La responsabilidad. Es saber que todo lo que se hace tiene consecuencias, buenas o malas. Que se debe asumir la responsabilidad de las acciones. También es el compromiso con determinadas obligaciones.
  • La tolerancia. Es fundamental admitir los criterios distintos de otras personas. También las diversas religiones, razas, apariencia, forma de vestir, de hablar, origen. Aceptar a los demás con sus diferencias es básico para construir relaciones humanas sanas y fuertes. Es no creerse superior a nadie.
  • La gratitud. Es poder valorar los grandes y pequeños detalles que nos da la vida. Está demostrado que las personas agradecidas son más felices.
  • La bondad. Es hacer siempre el bien a los demás, tener una conducta amable. Realizar cosas por los demás sin esperar nada a cambio.
  • La empatía. Significa ponerse en el lugar de la otra persona. Es aprender a considerar los sentimientos de los otros, su sufrimiento. Así se evitará dañar a los demás y también se podrá comprender por qué alguien se comporta de determinada manera.
  • La felicidad. Es el principal objetivo, lo que deben sentir los chicos a lo largo de su vida. Es concebir la felicidad como un estado en el que se decide vivir a pesar de los problemas, porque la vida es única. Debe ser un soporte que lleve a tomar las mejores decisiones y a ser optimistas siempre, en las buenas y en las malas”.

Gary tiene razón. Me voy, cuídense.


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