Guillermo Sarango Zárate fue reportado como desaparecido hace siete años.
Guillermo Sarango Zárate fue reportado como desaparecido hace siete años.

Mis amigos, el fotógrafo Gary y el grandazo redactor ‘Barney’ llegaron por unas cabrillas fritas con arrocito blanco, salsa criolla y su jarrita con agua de carambola.

“María, llegamos temprano al diario para conversar con el legendario periodista policiaco, ‘El Sonámbulo’, para que nos relate otro ‘crimen sin resolver’. Lo encontramos vestido con su gabán gris y un cigarrillo en la boca. ’Coleguitas, este caso en el 2018, fue considerado digno de salir en mi serie policial favorita, ‘CSI: Miami’, con el gran detective ‘Horatio Caine’, encarnado por David Caruso. Solo que en lugar del mar turquesa, calientito de Miami, veías un mar gris bravazo y frío en Ventanilla. Nadie podía imaginar que en un tremendo chalet de tres pisos en la urbanización ‘Antonia Moreno de Cáceres’, que estaba siendo refaccionado, se iba a encontrar un cadáver.

La vivienda estaba abandonada y en las noches se escuchaban ruidos extraños. Esa casa la adquirió once años antes el contador y comerciante Guillermo Sarango. Allí vivió con su primera esposa, pero a los dos años, ella lo dejó y se fue con sus hijos a vivir a España. Meses después, Guillermo llevó a su hogar a su nueva pareja, Angelina Ayala Figuerola, una voluptuosa y joven mujer que tenía dos hijos de otro compromiso, pero lo más grave, tenía tenebrosos antecedentes. Había convivido con un anciano ¡40 años mayor! El pobre hombre, al comprobar que la mujer a la que mantenía con sus hijos lo engañaba con el jefe de su trabajo, intentó lanzar un cartucho de dinamita para volarla a ella y al jefe. Lo chaparon y terminó en un manicomio.

Luego se metió con Sarango, veinte años mayor. El llevó a Angelina y a los hijos de esta a vivir a su caserón en Ventanilla. En el 2011, la madre de Sarango se puso muy grave y mandó a llamar a sus trece hijos para despedirse y repartir fotos, recuerdos y alhajas. Todos llegaron, menos Guillermo. Los hermanos lo buscaron en su casa. Una imperturbable Angelina solo les decía que ‘se fue de viaje’, ‘no se encuentra’. Pero en el 2015, cuando lograron desalojarla, sucedió algo macabro. Un domingo, mientras los albañiles cincelaban un extraño bloque de concreto en la azotea, interrumpieron las labores por un olor nauseabundo y apareció un zapato que pertenecía a Guillermo. Y después encontraron su cuerpo momificado. El ‘desaparecido’ había estado sepultado allí siete largos años según análisis forenses. Los familiares denunciaron a Angelina Ayala, su última conviviente. Ella, sospechosamente, se hizo humo. Han pasado dos años y este caso pertenece a la siniestra lista de crímenes sin resolver”.

Qué escalofriante historia de El Sonámbulo.

Me voy, cuídense.


Contenido sugerido

Contenido GEC