Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su estofado de res con papa amarilla, arroz blanco y su jarrita de carambola. “María, en el programa ‘Beto a saber’ se denunció que un asesor de , el senderista Oswaldo Ezequiel Caycho, tuvo que ver en la desaparición del cadáver de la esposa de , Augusta La Torre, ‘camarada Norah’.

Habría que repasar algo de una historia siniestra que culminó con la misteriosa muerte de la ayacuchana, según todos los indicios, asesinada por el propio Guzmán y su amante Elena Iparraguirre en 1988.

Todo comenzó en Huamanga a finales de la década del sesenta, cuando el profesor arequipeño de filosofía, Abimael Guzmán, con el apoyo de los estudiantes radicales maoístas, se había encaramado en la jefatura de Personal de la Universidad de Huamanga. Por las noches galanteaba a una muchacha de dieciocho años que estudiaba Educación en la Normal.

Era muy guapa. Abimael, un treintón dirigente del Partido Comunista que dominaba la universidad, visitaba por las noches al padre de la joven que trabajaba en un banco. Abimael le ‘comió el cerebro’ a la chica, hablándole de la revolución.

La muchacha, después de casarse a los 18 años, abandonó los estudios y se dedicó en cuerpo y alma a trabajar por la ‘revolución’ que dirigiría su marido. Incluso viajó con él a la China comunista.

EL SENDERO DE LA CLANDESTINIDAD

De regreso al país, la mujer pasó a la clandestinidad. En 1982, ya en plenas actividades terroristas, Augusta intentó sin éxito ‘ejecutar’ a dos familiares cercanos suyos, dos hacendados, que se negaron a entregarles escopetas a los senderistas. Dos años después, sus seis hermanos y sus padres se asilaron en Suecia.

Su familia no regresó al país cuando en 1991 la policía encontró en una casa de Monterrico el video del velorio de Augusta La Torre. Su muerte habría ocurrido en 1988 y las causas hasta hoy son un misterio. En ese video, un compungido Abimael da a entender que se habría suicidado.

Pero Óscar Ramírez Durán, el ‘camarada Feliciano’, en su libro ‘El megajuicio de Sendero’, sostiene que Augusta, la ‘camarada Norah’, fue asesinada en un maquiavélico complot entre la número tres de Sendero, Elena Iparraguirre.

Elena Iparraguirre, en ese entonces, además de terrorista de Sendero Luminoso, en la intimidad era amante de Abimael Guzmán. Ella y el propio ‘Gonzalo’ la habrían envenenado con cianuro”. Pucha, qué historia más sórdida. Me voy, cuídense.

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