Emilio Echevarría y una actuación inolvidable en Amores Perros. (Difusión)
Emilio Echevarría y una actuación inolvidable en Amores Perros. (Difusión)

Este Búho se sorprende con el paso del tiempo. Pareciera que fue ayer cuando abrí mis ojazos para ver la película ‘Amores perros’ (2000), un filme que constituyó un antes y un después del cine mexicano. Pese a su riquísima historia, el cine azteca nunca pudo ingresar a las salas anglosajonas y de todo el mundo como con esta obra maestra del mexicano Alejandro González Iñárritu.

No solo batió récord en México con tres millones de espectadores, sino que deslumbró a Hollywood, que vio con otros ojos al cine de abajo del Río Grande y ‘fichó’ al protagonista Gael García, y sobre todo a su director, quien encontraría luego la gloria, obteniendo los premios Oscar a mejor director y película por ‘Birdman’ (2014) y mejor director por ‘El renacido’ (The Revenant, 2015).

Cuando el filme se presentó en el verano del 2001 al premio de la crítica en el prestigioso Festival de Cannes, antes de la proyección, el director se levantó y retó al selecto público: “No creo que después de empezar a ver la película alguien quiera pararse e ir al baño o a la dulcería.

Al que lo haga, le devuelvo el dinero de la entrada”. Todos se pararon... pero al final de la película para ovacionarla de pie. Y obtuvo el premio de la crítica. Hollywood, como siempre, reaccionó tarde y a pesar de que la nominó a ‘mejor película extranjera’, no le concedió la estatuilla.

El filme nos presenta tres alucinantes historias cruzadas que parten de un muchacho achorado de un barrio maleado del DF (Gael García Bernal) que se gana sus buenos pesos haciendo pelear a su aparentemente manso perro en peleas de canes a muerte, mientras que en su casa ‘atrasa’ a su matón hermano mayor con su jovencita conviviente y madre de un bebito.

El punto de quiebre lo provoca un fatal accidente de tránsito que involucrará la historia del dueño del perro peleador con una bella modelo de televisión, que vive una aventura con un famoso productor, y por último con un mugroso reciclador de los extramuros de la ciudad que se gana la vida como sicario y que tuvo un pasado guerrillero.

“La película se hizo con la cabeza, las vísceras, las tripas y la neurosis de mucha gente”, declaró el director. Mención aparte constituyó la musicalización de la película, a cargo del afamado músico argentino Gustavo Santaolalla, pero fundamentalmente la banda sonora del filme.

González Iñárritu fue durante muchos años locutor radial y un connotado melómano. “Lo primero que me dijo -aseguró la supervisora musical- fue que se incluyera el tema ‘Lucha de gigantes’ de los españoles Nacha Pop”.

Junto a este emblemático tema nunca se olvidará ‘La vida es un carnaval’, de la inmortal Celia Cruz, ‘Coolo’ de Illya Kuryaki & the Valderramas y ‘joyitas’ de los mexicanos Julieta Venegas, Café Tacvba, Control Machete, entre otros.

Durante el reencuentro del director y el elenco en el Festival de Morelia, la coprotagonista de la cinta reveló que García Bernal, que estudiaba actuación en Londres, fingió estar enfermo para que le dieran permiso y regresar a México a filmar a escondidas ante el llamado telefónico de un prestigiado publicista y exlocutor, que entonces se abría camino en la cinematografía de la mano del escritor Guillermo Arriaga, la prodigiosa pareja del cine mexicano.

La histórica producción ha sido lanzada en los cines de todo México remasterizada. A esos ‘Amores perros’ no los han detenido ni los años ni la pandemia. Apago el televisor.

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