Este Búho lee la resolución donde la Fiscalía acaba de pedir tres años de prisión preventiva para la ex primera dama Nadine Heredia por el caso Gasoducto Sur Peruano y piensa que la vida es como una vertiginosa montaña rusa: a veces estás arriba, en la cúspide, y luego caes en picada, estrepitosamente. Eso es literalmente lo que le pasó a Nadine.

Atrás quedaron sus primeras reuniones con las ‘damas de sociedad’ que la amadrinaban, como la esposa del embajador Pérez de Cuéllar, Marcela Temple. O cuando Mario Vargas Llosa afirmó que ‘Nadine puede ser la primera presidenta mujer en el país’. Hoy, acusada de haber ejercido un rol de ‘funcionaria pública de facto’, bien podría acompañar a Keiko Fujimori en su encierro en el penal de Chorrillos. Por eso me permito volver a leer el libro ‘H&H Escenas de la vida conyugal de Ollanta Humala y Nadine Heredia’, del periodista Marco Sifuentes, de donde extraeremos algunas ‘perlas’ sobre la vida y personalidad de la ex primera dama:

‘LA CUY’ UNIVERSITARIA: Nadine estudió en una universidad para jóvenes provenientes de hogares acomodados: la Universidad de Lima. Ingresó a Ciencias de la Comunicación. Tenía 17 años y desde que ingresó se movió en ese ambiente de rubias cool, rockeros ‘churros’ y aspirantes a cineastas. Allí lideraba un grupito de chicas llamadas ‘Las salamandras’, donde su sobrenombre era ‘La Cuy’ (por sus dientes salidos). Formó parte del grupo vocal de la universidad. Era soprano, tenía una voz dulce y un tono agudo muy particular. Era fan del grupo español ‘Mecano’ y algunos comparaban su voz con la de Ana Torroja. En algún momento se aficionó a la música latinoamericana, Los Kjarkas, Silvio Rodríguez y otros, por lo que formó el grupo ‘Tampu’.

‘OLLANTA, NO ME INTERRUMPAS’: En el libro se detalla una anécdota totalmente reveladora de cómo la ex primera dama trataba a su esposo Ollanta, entonces presidente, a quien por esta razón lo comenzaron a llamar ‘Cosito’. ‘Una veintena de políticos, empresarios y periodistas describen la misma escena en el segundo año de gobierno nacionalista. Nadine Heredia los invita a Palacio de Gobierno para conversar. Casi siempre, a conocerse. Según los visitantes ‘quiere demostrar poder’. Pide disculpas por pasar la mitad del tiempo mirando el BlackBerry y contestando mensajes, y de pronto suena el teléfono: ‘¡Aló! No, estoy trabajando. Ya. Mira, llámame después que estoy en una reunión’.

Cuelga sin esperar respuesta. Luego suspira y dice: ‘Ay, este Ollanta, siempre interrumpe’. Un empresario que asistió a una de esas reuniones la definió muy duramente: ‘No sabía cuál era su sitio. No se puede ser, perdón, tan ca… de dejar mal a tu marido. Peor todavía si tu marido es el presidente, el hombre que menos puede quedar mal en el país. Nos fuimos de esa reunión con los sentimientos encontrados’.

LAS AGENDAS DE NADINE: Cuando ‘Panorama’ difundió el contenido de las tristemente célebres ‘agendas de Nadine’, ella -con risas burlonas- insistió en que no eran suyas. La periodista Rosa María Palacios recuerda que la esposa de Ollanta estaba demolida y que le escribió lo siguiente: ‘Esto es un infierno. Las agendas no son reales’. Palacios le creyó, pero a inicios de setiembre el portal publica las tres agendas completas. Así, cualquier atisbo de duda se evapora. Palacios le pide explicaciones a Heredia. Espera un día. Vuelve a preguntar. Vuelve a esperar. Nadine no le responde. ‘Ya están publicadas, Nadine’, insiste. ‘Tienes que afrontar esto con la verdad por delante. Espero con paciencia hasta que tus respuestas lleguen’, le escribe Palacios vía Twitter. ‘Tranquila’, responde Heredia, dieciséis horas después. ‘Quiero que los bogas acompañen la estrategia. La verdad, es mi letra’, termina por confesar. Saquen ustedes sus propias conclusiones. Apago el televisor.


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