Este Búho se entera de que el impresentable dictador y asesino Nicolás Maduro está muy preocupado por la extradición a Estados Unidos del empresario colombiano Alex Saab, acusado de ser testaferro del presidente venezolano. Se sabe que Saab está sindicado por dirigir una red que explotaba un sistema de subsidios alimentarios en Venezuela. Pero eso no es todo, pues habría transferido 350 millones de dólares fuera del país llanero a cuentas en Estados Unidos y otros países.

Se trata de un ‘peso pesado’ del chavismo y se espera que se convierta en una especie de colaborador eficaz y revele muchos de los negocios que ha tenido (con Maduro) durante años. Solo los ignorantes pueden creer que esta dictadura que se llena la boca hablando del pueblo, al cual tiene en la miseria, es una ‘revolución socialista’ que busca lo mejor para los sectores populares. Lo que le pasa a nuestros hermanos venezolanos no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Viven como si estuvieran en guerra, cercados por el enemigo, intentando sobrevivir con alucinante escasez de productos básicos, no solo de alimentos -leche, fideos, arroz, pan, carne-, sino también de productos de aseo para los infantes, como pañales, jabón e incluso papel higiénico. Se vive una desastrosa situación política, social y económica, sin parangón para un país que se preciaba de ser uno de los tres mayores consumidores de whisky en el mundo. Recuerdo que el presidente Hugo Chávez sacaba pecho cuando la crisis de Medio Oriente y los conflictos en Irán, Irak y Kuwait elevaron a niveles asombrosos el precio del barril de petróleo: ‘Los pobres venezolanos toman whisky’. Este columnista una vez, en pleno gobierno chavista, ya vislumbraba alarmantes niveles de desorganización y desidia entre los funcionarios, como en el aeropuerto, por ejemplo.

Los itinerarios no se cumplían y los pasajeros quedaban varados, pero siempre había una ‘solución’. Una guapa azafata de la aerolínea estatal sacaba botellas de whisky y unos sanguchitos para los pasajeros enardecidos.

A las barriadas llegaban camiones del Ejército llevando cocinas, refrigeradoras, carne, leche, arroz y azúcar para los comités chavistas, que se multiplicaban. Eran esas masas las que apoyaban a rabiar al comandante y marchaban fieras por las calles para apedrear a los locales de los diarios de oposición, para agredir a políticos que reclamaban democracia a un presidente que se había atornillado en el poder.

Hoy todo eso es un recuerdo lejano. Resulta paradójico que Venezuela fuera la primera en implementar en el Caribe tecnología de punta, con médicos ‘cerebritos’ cubanos, para combatir la malaria y diabetes. Hoy, los estantes de las farmacias están vacíos. Las protestas por la escasez son desgarradoras. Niños enfermos de diabetes, cáncer, paperas, deshidratación o de simple sarampión se mueren porque no hay medicinas.

La patria de Simón Bolívar se desangra, se consume de sed, de hambre, de calor, a oscuras, mientras Maduro niega todo e impide que su pueblo reciba la ayuda humanitaria que muchos países le ruegan para enviar. Este sujeto cruel, incapaz de conmoverse con el dolor de su gente, se desespera por seguir en el poder. Maduro es un fantoche sostenido por los militares corruptos coludidos con el narcotráfico. Cuando el presidente no les sirva, le darán el golpe y puede que hasta ‘lo callen para siempre’, señaló un especialista estadounidense. Me parecen patéticos los izquierdistas con doble rasero que ven dictaduras solo de la derecha e idealizan a las ratazas corruptas como los Kirchner, Lula, Maduro o Hugo Chávez. ¿Qué dirán de que la engreída de Hugo Chávez, la que nunca trabajó, es la persona más rica de Venezuela con una fortuna calculada por Forbes en 4197 millones de dólares, depositados en bancos de Andorra y Estados Unidos? E

s una vergüenza que el gobierno de Pedro Castillo hable de que en ese país se vive una democracia y trate de mandar a un operador de Vladimir Cerrón como embajador, pero la Fiscalía le dicte impedimento de salida del país. ¡Terrible!

Apago el televisor.

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