Este Búho no puede olvidar que en el mes de agosto se celebra el centenario del natalicio del inmenso escritor , oriundo del pueblito de Andernach, Alemania, donde nació el 16 de agosto de 1920.

Su padre era un soldado norteamericano de origen polaco que peleó en la Primera Guerra Mundial y su madre alemana, pero se trasladó desde muy chiquito con su familia a Baltimore (Estados Unidos) y luego a Los Ángeles.

Uno de los padres del llamado ‘realismo sucio’ en la literatura norteamericana vivió una infancia terrible que podría traumatizar a cualquiera. Su papá era un hombre amargado, que salía de casa y regresaba al anochecer para desfogar toda su frustración en su pequeño y único hijo.

Lo azotaba con la correa gritándole ‘¡¡hijo de Satanás!!’. De esa época diría: ‘Hasta hoy duermo boca abajo, porque de niño con la espalda lastimada por los correazos no podía dormir mirando al techo, me dolían las heridas de la espalda’.

Según él, había algo peor que la agresión paterna: ‘...lo que más me dolía no eran los golpes, sino la reacción de mi madre. Ella no decía nada, eso dolía más’.

Escribió más de cincuenta libros entre novelas, cuentos, ensayos, crónicas y harta poesía. Entre sus novelas sobresalen ‘Cartero’ (1971), ‘Mujeres’ (1978) y ‘La senda del perdedor’ (1982). Entre sus relatos destacan sus libros: ‘Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones’ (1972), ‘Escritos de un viejo indecente’ (1978), ‘Hijo de Satanás’ (1993).

Su prosa es directa, como un gancho al hígado, sus personajes son como su ‘alter ego’ Henry Chinaski, el eterno perdedor: alcohólico, desocupado o con los más infames empleos, apostador, deambulando por las peores y más peligrosas calles de Los Ángeles, respirando fétidos olores de tachos de basura y aserrines de bares de mala muerte.Buscando caricias por algunos dólares con alguna ‘lolita’ obesa en moteles de media estrella.

Lo alucinante es que el escritor no desnudó la falacia y estafa del llamado ‘sueño americano’ ni se inventó ese lenguaje procaz, salvaje, desprovisto del menor recato o prudencia, solo como una ‘pose’. ¡¡Charles era así en realidad!!

Este columnista cree que fue un alivio para sus lectores que haya publicado sus obras entre 1960 y 1994. ¿Qué habría pasado hoy si publicara y viviera su vida contestataria, salvajemente transgresora, siendo brutalmente honesto, marginal, hoy cuando abundan voces aflautadas, chillonas, fanáticas, histéricas e inquisidoras, que saltan a la yugular en las redes sociales ante cualquier actitud, proclama u opinión que ellos y su corte ‘juzgan’ que no es ‘políticamente correcta’?

Esas voces que hasta exigen la censura de un filme como ‘Lo que el viento se llevó’. Increíble. Después de los 50 años, ‘Hank’ logró el reconocimiento y con él la fama, plata, mujeres y muchas entrevistas, pero demostró que seguía siendo tan deslenguado, tan procaz y provocador como en sus ‘Escritos de un viejo indecente’.

Por ello, muchos colectivos feministas radicales se le fueron encima, lo tipificaron de ‘machista’ y en un panfleto hasta lo llamaron ‘cerdo’. Él les respondió, porque nunca tuvo miedo ni pelos en la lengua: ‘A las mujeres yo las llamo ‘máquinas de quejarse’. Las cosas con un tipo nunca están bien para ellas. Y cuando me tiran toda esa histeria, tengo que salir, agarrar el auto e irme a cualquier lado. Cualquier cosa, menos con otra mujer'.

Este Búho aprovechó su aislamiento voluntario para leer nuevos libros del autor de ‘Se busca una mujer’. No solo la antología ‘Ausencia del héroe’ (1946-1992), sino ‘Las campanas no doblan por nadie’ (2019), donde se reunieron ¡¡quince cuentos inéditos!!, aunque uno que otro por ahí se publicara en revistas ‘para adultos’ como ‘Hustler’ o ‘Oui’. }

Los cuentos son químicamente ‘bukowskianos’ en su estado más duro, como el relato ‘El pabellón de los chiflados’, donde el personaje ya no es su ‘alter ego’ Henry Chinaski, sino el mismísimo escritor. El texto recrea un episodio en que aterrizó en un manicomio después de sufrir una sobredosis y prefiere estar en el hospital, porque afuera lo buscan por girar cheques sin fondos.

Entre los dementes parece encarnarse en el Jack Nicholson de la premiada película ‘Atrapado sin salida’ (1975), pero al final se escapa y se vuelve un verdadero peligro en la calle. Los otros relatos discurren por los clásicos tópicos de su producción: hartos alcohólicos, demencia, sexo, obsesiones.

Hay uno donde ‘Hank’ trata de ayudar a un amigo borracho a escapar del hospital; otro en el que un hombre es ‘secuestrado’ por tres mujeres; también el de una jovencita que asiste a una entrevista de trabajo y se ve sometida a un rol de preguntas sobre prácticas sexuales aberrantes; o el de un dependiente de un ‘sex shop’ que cuenta sobre algunos extravagantes pedidos de sus mejores clientes.

El 16 de este mes, en que se cumplen 100 años de su nacimiento, brindaremos por el maestro imaginando que en algún lugar también estará celebrando, seguramente empinando el codo con Satanás. Apago el televisor.

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