Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines verdes con quesito rallado encima, un bisté jugoso y, para tomar, una manzanilla calentita. “María, . Está integrada por un hombre, mujeres y niños, quienes se habían encerrado cinco días en una casa de ese distrito, a la espera del ‘fin del mundo’, que estaban seguros ocurriría el último lunes. Creían firmemente que se salvarían si permanecían entre las cuatro paredes de esa vivienda, al creerla bendecida.

Apenas comían y gritaban sus alabanzas a voz en cuello. Ante el escándalo, los vecinos llamaron a la policía que, tras ingresar luego de romper las puertas, rescató a tres pequeños hambrientos. Los responsables, , quien dice ser ‘la elegida de Dios’, podrían ser denunciados por el delito de exposición de menores al peligro.

Las sectas pueden ser peligrosas porque giran en torno a las órdenes y caprichos de una persona viva, o que lo estuvo recientemente, que dice ser el ‘elegido’ para realizar una importante misión en el mundo. Sin importar que seguir esas órdenes signifique violar las leyes.

Por lo general, exigen a sus seguidores cortar todo vínculo fuera del culto, incluidos familiares. Muchas veces emplean la violencia contra sus adeptos para lograr sumisión. Una de las sectas más famosas y sanguinarias fue ‘La familia’, creada por el exconvicto Charles Manson, quien se convirtió en una especie de profeta para muchos jóvenes de Estados Unidos en los años 60.

Él lavó de tal forma el cerebro de sus seguidores que, obedeciendo sus instrucciones, en la madrugada del 9 de agosto de 1969, asaltaron la mansión que alquilaban la bella actriz Sharon Tate y su esposo, el director de cine Roman Polanski, en Beverly Hills, donde mataron de forma brutal a cinco personas, incluida Sharon, quien tenía ocho meses de embarazo. Polanski estaba en Europa. A Tate la apuñalaron 16 veces. Al día siguiente, asaltaron otra casa donde asesinaron a puñaladas a una pareja de esposos.

Otra secta terrible fue El Templo del Pueblo, dirigida por el autoproclamado ‘reverendo’ James Warren Jones quien, no se sabe cómo, convenció a más de 900 seguidores para que cometan un suicidio masivo el 18 de noviembre de 1978, en la selva de Guyana, en América del Sur. Entre los fallecidos había más de 300 niños, a quienes se les dieron a beber cianuro. James Warren fundó su secta en Estados Unidos donde tenía denuncias por explotación y feroces golpizas a los que intentaban abandonar su secta. Cuando se fue a Guyana, sus adeptos lo siguieron, sin saber que sería su fin. Los fanatismos jamás son buenos y pueden terminar en tragedia”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines verdes con quesito rallado encima, un bisté jugoso y, para tomar, una manzanilla calentita. “María, . Está integrada por un hombre, mujeres y niños, quienes se habían encerrado cinco días en una casa de ese distrito, a la espera del ‘fin del mundo’, que estaban seguros ocurriría el último lunes. Creían firmemente que se salvarían si permanecían entre las cuatro paredes de esa vivienda, al creerla bendecida.

Apenas comían y gritaban sus alabanzas a voz en cuello. Ante el escándalo, los vecinos llamaron a la policía que, tras ingresar luego de romper las puertas, rescató a tres pequeños hambrientos. Los responsables, , quien dice ser ‘la elegida de Dios’, podrían ser denunciados por el delito de exposición de menores al peligro.

Las sectas pueden ser peligrosas porque giran en torno a las órdenes y caprichos de una persona viva, o que lo estuvo recientemente, que dice ser el ‘elegido’ para realizar una importante misión en el mundo. Sin importar que seguir esas órdenes signifique violar las leyes.

Por lo general, exigen a sus seguidores cortar todo vínculo fuera del culto, incluidos familiares. Muchas veces emplean la violencia contra sus adeptos para lograr sumisión. Una de las sectas más famosas y sanguinarias fue ‘La familia’, creada por el exconvicto Charles Manson, quien se convirtió en una especie de profeta para muchos jóvenes de Estados Unidos en los años 60.

Él lavó de tal forma el cerebro de sus seguidores que, obedeciendo sus instrucciones, en la madrugada del 9 de agosto de 1969, asaltaron la mansión que alquilaban la bella actriz Sharon Tate y su esposo, el director de cine Roman Polanski, en Beverly Hills, donde mataron de forma brutal a cinco personas, incluida Sharon, quien tenía ocho meses de embarazo. Polanski estaba en Europa. A Tate la apuñalaron 16 veces. Al día siguiente, asaltaron otra casa donde asesinaron a puñaladas a una pareja de esposos.

Otra secta terrible fue El Templo del Pueblo, dirigida por el autoproclamado ‘reverendo’ James Warren Jones quien, no se sabe cómo, convenció a más de 900 seguidores para que cometan un suicidio masivo el 18 de noviembre de 1978, en la selva de Guyana, en América del Sur. Entre los fallecidos había más de 300 niños, a quienes se les dieron a beber cianuro. James Warren fundó su secta en Estados Unidos donde tenía denuncias por explotación y feroces golpizas a los que intentaban abandonar su secta. Cuando se fue a Guyana, sus adeptos lo siguieron, sin saber que sería su fin. Los fanatismos jamás son buenos y pueden terminar en tragedia”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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