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Dos estudios llevados a cabo con las contra la, desarrolladas por los laboratorios estadounidenses y , develaron que estas tienen como potencial efecto secundario la inflación de ganglios. Esta reacción corporal, que consiste en la aparición de bultos en el cuello, las axilas, la ingle o cerca de la clavícula, es comúnmente asociada al .

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Según un artículo de The New York Times, en el estudio de Moderna, el 11.6% de los pacientes informaron que los ganglios linfáticos inflamados aparecieron después de la primera dosis, y el 16% reportaron que la hinchazón se dio después de la segunda.

La incidencia en Pfizer-BioNTech parece ser menor, pues solo el 0.3% de los pacientes han informado de este efecto secundaria, según el medio. No obstante, la tasa real puede ser más alta, pues pruebas más certeras como mamografías, resonancias magnéticas o tomografías podrían revelar más casos.

¿Motivo de preocupación?

Entidades médicas en Estados Unidos han advertido a los pacientes la inflamación de ganglios es una reacción esperada a la vacuna contra la COVID-19 y normalmente ocurre en el lado del cuerpo donde se aplicó la inyección. Sin embargo, si el bulto en la axila que dura más de seis semanas después de la vacunación, se ha de informar al médico de cabecera.

Para las mujeres que se hacen pruebas de descarte de cáncer de mamas, una manera de evitar una confusión puede ser simplemente posponer las mamografías o escaneos al menos seis semanas tras la última dosis de la vacuna. O programar las pruebas antes de inocularse la primera dosis.

Tras seis semanas con inflamación de ganglios, conviene hacer pruebas de descarte. (Foto: Pixabay)
Tras seis semanas con inflamación de ganglios, conviene hacer pruebas de descarte. (Foto: Pixabay)

En el caso de las personas que tienen cáncer de mama, una recomendación es, si el cáncer está en una sola mama, vacunarse en el brazo opuesto para evitar problemas de inflamación. Incluso podría ser factible vacunarse en la pierna.

En la mayoría de casos, sin embargo, los efectos secundarios de las vacunas contra el coronavirus no deberían pasar de algún dolor en el brazo donde se aplicó la dosis. También se han reportado, aunque menos frecuentemente, cuadros de cansancio, cefalea, dolores musculares o incluso fiebre.

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