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Una niña de 5 años se convirtió el pasado fin de semana en una de las víctimas mortales del nuevo en Detroit, . La infante presentó como primeros síntomas fuertes dolores de cabeza, pero sus padres Ebbie y LaVondria Herbert desconocían que su menor hija había contraído el COVID-19.

El pasado 23 de marzo, los padres de Skylar Herbert la llevaron al médico y durante la consulta no se encontró ningún signo de alarma. No obstante, le realizaron varias pruebas y se confirmó que Skylar tenía faringitis estreptocócica, una infección bacteriana que produce dolor de garganta, y en algunos enfermos puede provocar jaquecas, vómitos o fiebre.

El médico le suministró a la pequeña algunos antibióticos y la envió a casa a descansar.

Sin embargo, solo transcurrieron varias horas para que la menor se pusiera mal. “Estuvo toda la noche llorando y diciendo que el dolor de cabeza no se iría”, contó LaVondria Herbert, de 46 años, al diario “Detroit News”.

“Llamamos de nuevo al doctor, y nos dijeron que la medicación tardaba 48 horas en hacer efecto, pero como estaba llorando tanto, le dije a mi esposo que teníamos que llevarla a emergencias”, agregó.

Fue en ese momento que Ebbie y LaVondria Herbert llevaron a su hija al hospital Beaumont Royal Oak, donde le realizaron a su hija la prueba del COVID-19. El resultado dio positivo, y los médicos consideraron que el dolor de cabeza y de garganta eran efectos secundarios de la enfermedad. Al día siguiente, la pequeña recibió el alta, pero en pocas horas, regresaron a urgencias.

“Volvimos a la unidad de emergencias del Hospital Beaumont, en Farmington, porque noté que mi esposo estaba tosiendo y le costaba respirar. Skylar y yo esperamos en el auto, pero de repente, Skylar volvió a quejarse de que le dolía la cabeza y luego vomitó", narró la madre.

Al ver que su hija temblaba la cubrió con una manta y verificó que le fiebre había aumentado, por lo que la niña de cinco años comenzó a convulsionar.

“Le dije a Skylar mira a papá. Mira a papá”, recordó el padre. “La convulsión terminó, y su madre y yo corrimos a la sala de emergencias”.

La menor fue ingresada a la unidad de cuidados intensivos pediátricos del hospital, donde los médicos descubrieron que padecía meningitis.

“Le susurré en su oído y le dije Skylar, levanta tu pierna. Solo piensa mucho mucho en ello y levanta tu pierna. Y con mi ayuda, lo hizo”, comentó la madre.

A pesar de los esfuerzos, los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Después de pasar dos semanas conectada a un respirador, Skylar falleció el pasado domingo.

Tras la muerte de la menor, la organización Beaumont Health, que constituye el sistema de atención médica más grande de Michigan, emitió un comunicado y calificó el fallecimiento de Skylar como “una tragedia”.

La pérdida de cualquier niño, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia es una tragedia. Nos sentimos desolados de que el COVID-19 se haya llevado la vida de un niño. Extendemos nuestras más profundas condolencias a la familia de Skylar y a todos aquellos que han perdido a un ser amado por el virus”, dijo Beaumont Health en un comunicado.

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