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Madrid. Mauro jamás pensó que su vertiginosa vida de empresario iba a detenerse por un momento para velar por la salud de dos personas que viven en su casa y han dado positivo por el nuevo en .

Hace tres semanas, la familia de Mauro convive con dos personas que han sido contagiadas del COVID-19 y deben transitar su enfermedad en aislamiento obligatorio.

Mauro manifiesta en una entrevista al medio “La Vanguardia” que vive con siete personas: sus padres, sus tres hijos, su esposa y la persona que trabaja en los quehaceres de su hogar. Las dos últimas personas están confinadas en el interior de la vivienda tras haber presentado síntomas del COVID-19.

Todo sucedió el pasado 13 de marzo cuando la fiebre apareció en estas personas. El hombre consultó la situación con el médico de su trabajo y decidió tomar medidas de inmediato, pues él sostiene que las “probabilidades de que tuvieran la enfermedad eran altas”.

Al tener una vivienda de varios ambientes, las dos mujeres fueron aisladas en una habitación para cada una. A la fecha, dice que solamente les lleva “una bandeja con alimentos” y les dan un café “a media mañana y por la tarde”.

Mauro sostiene que sus hijos “hablan con ella (su madre) desde el otro lado de la puerta”. Incluso, “pensaban (son pequeños) que su madre se iba a morir. Estaban bastante preocupados”.

Leve

El empresario español indicó que su esposa y la trabajadora del hogar han tenido la enfermedad de forma leve. “No han tenido problemas de respiración. (...) Están a punto ya de salir de la cuarentena”, agregó.

Las contagiadas no presentan fiebre hace dos semanas.

Por otro lado, contó que sus padres están tomando todos los recaudos posibles. “Mi padre acostumbra cada año a coger gripes fuertes, de esas de quedarte en cama varios días. Se medica para la tensión también”. Afortunadamente, ninguno de los dos ha presentado algún síntoma de la enfermedad.

Sin embargo, Mauro asegura que invitó a sus padres a su residencia cuando la situación en España empeoró. Hasta ese momento, no se tenía indicios de que el COVID-19 estaba cerca de su esposa y la trabajadora del hogar.

La idea era, primero, que nos echaran una mano, aún no sabía que mi mujer iba a caer enferma, y segundo, tener sobre todo el núcleo familiar cerca y más controlado”.

Afrontar el coronavirus

Mauro también dijo que compró dos equipos de desinfección para afrontar la problemática en casa. “Uno desinfecta el ambiente de patógenos, y el otro cuenta con una lámpara muy potente de luz ultravioleta tipo C, de 140 vatios, para esterilizar superficies”.

No obstante, el español viene elaborando un ventilador mecánico gracias a sus conocimientos de ingeniería. “Me compré uno manual, que es muy barato, y a partir de ahí cogí la idea y lo voy montando, también con las informaciones que han aparecido en la red”.

Adicionalmente cuenta con dos “botellas de oxígeno”. “Mi casa parece una UCI. Ojalá no tenga que utilizar nada de eso. A lo mejor soy un poco paranoico, pero más vale prevenir que curar”.

El empresario español puntualizó que compró antes de la crisis "guantes de látex desechables y máscaras básicas, de esas que se usan para protegerte del polvo”.

No hay otra, es lo que nos ha tocado vivir”, exclamó al final de la entrevista al medio español.


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