La frase ‘como niñita’ no existe en la cabecita de estas siete jugadoras de de 4 a 8 años de edad. Ellas se preparan tres veces por semana en la Escuela para Niñas Perú Oficial. Allí aprenden a dominar el balón, meter goles y se esfuerzan para tener, algún día, la habilidad del capitán de la selección peruana de fútbol,
La preparación de las pequeñas está en manos del licenciado en Educación Física, Milko Salgado, quien con voz firme las guía para llegar al área chica y meter gol.

Lleva varios años enseñando fútbol a niños, ¿es más complicado el trabajo con niñas?
Para nada. Las pequeñas vienen motivadas para jugar e ir tras la pelota. No lloran, no tienen miedo a los pelotazos ni a las caídas, tienen garra. Es sorprendente.
¿A qué se debe esa motivación?
A que el Perú va al Mundial. Eso ha generado una fiebre en todos, incluso en las pequeñas. Todas quieren ser como (Paolo) Guerrero.
¿Cómo se dio cuenta de eso?
Soy profesor de Educación Física, en los colegios donde enseño, las mismas niñas me dicen: “Practiquemos fútbol”. Entonces decidí dar clases particulares para ellas.
¿Hasta dónde pueden llegar ellas con estas clases?
La idea es que ganen velocidad, flexibilidad y habilidad con la pelota. Luego, me gustaría que participen en campeonatos de fútbol para niñas, que sí hay. Y bueno, a lo mejor pueden dedicarse a este deporte de forma profesional.

JUGADORCITAS
Entre las jugadoras está Ivanna Plaza, que con solo cinco años, asegura que el fútbol le encanta. Juega con sus amigos en el colegio, en su barrio y con su papá. “Yo veo los partidos de Perú con mi papá, hasta taaaaarde”, dice la pequeña mientras se pone los guantes de arquera.

Más allá se prepara Cataleya Ortiz. A sus seis años, ya ha participado en campeonatos de fútbol en su barrio de San Juan de Miraflores. Ser la hija mayor hizo que su padre jugara a patear la pelota con ella. Así nació su gusto por los goles. Ahora, es la primera en llegar a los entrenamientos.

Oriana Barreto es la jugadora con mayor habilidad con la pelota. Es experta haciendo cabecitas y pataditas. “Mi hermano mayor (11) me enseñó a jugar. Me gusta meter goles”, dice tímida la pequeña venezolana de 8 años. Ella vive en San Juan de Miraflores desde hace 6 meses, tiempo que lleva en el Perú y admira a Messi.
Todas son muy unidas y cuando una de ellas mete gol, todas se abrazan así sean de equipos contrarios.

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