Las tienen muchos aportes nutricionales para nuestra salud, ya que tienen un alto contenido en hidratos y proteínas, lo que nos permite tener un aporte extra de energía cuando las ingerimos. Además, tienen mucha fibra, lo que facilita la reducción del colesterol y favorece el funcionamiento intestinal.

Estos alimentos contiene minerales beneficiosos para la salud,como calcio, potasio y magnesio, y vitaminas del grupo B, que aportan también energía y ayudan a que el sistema nervioso realice correctamente su función. Además, contienen gran cantidad de hierro, mineral muy importante en cualquier dieta.

Las legumbres aportan muchos beneficios para nuestra salud, pero como estos alimentos son semillas se tardan bastante en cocinarlas y no se puede improvisar una comida con la mayoría de ellas, porque necesitan todo un proceso previo a la cocción.

La mejor opción que se tiene para tratar a estas semillas es que se tengan que poner a remojar antes de cocinarlas, pero si también las ponemos por varias horas, tiempo de cocción puede reducirse. Otra razón muy importante es contribuir a optimizar sus beneficios nutricionales.

¿POR QUÉ SE DEBEN REMOJAR LAS LEGUMBRES?

1. OLVÍDATE DE LOS PROBLEMAS DIGESTIVOS

Remojar previo a su cocción las legumbres se relaciona con efectos sumamente positivos para disminuir los síntomas digestivos que normalmente causan, como es el caso de los gases e inflamación. Esto se debe a que al permanecer en remojo se eliminan los oligosacaridos causantes de las flatulencias, esto facilita su digestión.

2. SE COCINAN MÁS RÁPIDO

Conservar las legumbres en agua por mínimo un par de horas (aunque lo recomendado es dejarlas durante toda la noche), las ablanda y esto se relaciona directamente con un menor tiempo de cocción y también en un mejor resultado final

3. SE MANTIENEN HIDRATADAS

Durante el proceso de remojo las legumbres no sólo se ablandan, duplican su tamaño y esto se relaciona con beneficios en la calidad final de los alimentos.

CONEJOS PREVIOS AL REMOJO DE LAS LEGUMBRES

  • Lo primero que hay que hacer antes de ponerlos a remojo es lavarlas para quitar posibles impurezas.
  • Sumergirlas en un recipiente con abundante agua fría pero no en exceso. Para que la legumbre no se absorba toda el agua, la proporción debe ser cuatro partes de agua por una de legumbres.
  • La excepción son los garbanzos, que se remojan en agua templada (no demasiado caliente) y también se cuecen en agua caliente. A diferencia del resto de las legumbres que se ponen a cocer con agua fría.
  • Existe también la costumbre de añadir bicarbonato, tanto en remojo como en la cocción, esto las hará más suaves, aunque destruirá parte de la tiamina y hará menos asimilables sus aminoácidos, es decir, modificaran negativamente su valor nutritivo.
  • Hay quienes utilizan el agua de remojo para su cocción posterior y quienes no lo hacen. En cualquier caso, lo cierto es que, al hidratar las legumbres, determinadas sustancias y minerales pasan a formar parte del agua. Por ello es aconsejable utilizar siempre el agua de remojo para la cocción de las legumbres.
  • Sin embargo, desde el punto de vista culinario puede parecer menos adecuado, ya que en esa agua se pueden quedar impurezas.

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