Si bien estas semillas aportan nutrientes, deben ser ingeridas con moderación. Lo adecuado es de una a dos cucharadas al día. (Fotos: iStock)
semillas

En la consigna de llevar nuestra alimentación hacia lo natural, las semillas han tomado relevancia. Se las comenzó a incorporar en preparaciones clásicas y se descubrió que no alteran el sabor de las comidas, pero sí aportan vitaminas, minerales y fibra.

Talía Pinto, nutricionista del team Herbalife, explica que ayudan a reducir los niveles de glucosa, mejorar el tránsito intestinal y eliminar el colesterol malo.

SEMILLAS DE LINAZA 

Mejoran los cuadros de hipertensión y previenen enfermedades hepáticas. Deben consumirse pulverizadas para que sus propiedades se activen.

SEMILLAS DE CALABAZA

Por su contenido de magnesio y manganeso, promueven la salud de huesos y corazón. También actúan como antiinflamatorio en enfermedades como artritis. Pueden consumirse crudas o tostadas.

SEMILLAS DE CHÍA

Las más empleadas, ya que al causar sensación de llenura, controlan la ansiedad por comer. Se esparcen sobre ensaladas, cereales o bebidas.

SEMILLAS DE GIRASOL

Son ricas en ácido fólico, ideal para mujeres en edad fértil. Y contienen vitamina E, antioxidante capaz de prevenir ciertos tipos de cáncer. Se comen crudas y sin cáscara.

SEMILLAS DE MORINGA

Poseen zinc, clave en la producción de insulina (sustancia que controla la diabetes). Hay que pelarlas para ingerirlas.

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