El lazo entrese crea desde el primer día de embarazo. Este vínculo afectivo crea apego seguro en los bebés, un punto fundamental para que aprendan a confiar en los demás y a desarrollar buenas relaciones en la adultez. Ante esto, Fiorella Solari, gerente de Marketing de Natura, recomienda tres maneras de activar y fortalecer esta unión.

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Fomentar el contacto con el bebé, a través de todos los sentidos

El vínculo entre madre e hijo siempre se verá reforzado a través de los sentidos. De acuerdo con Solari, se puede conectar con el pequeño a través de la mirada, el olor, la voz y el tacto. Para ello, recomienda realizar el masaje Shantala, un método tradicional de origen hindú, considerado como una terapia que trae bienestar tanto para quien los recibe como para quien los hace, favoreciendo un intercambio profundo de energía y cariño.

Esta técnica se puede realizar en el rostro, pecho, brazos, manos y espalda del bebé, utilizando aceite para masajes o crema hidratante de la línea Mamá y Bebé de Natura. De esta forma, se cuida la piel del bebé, al tiempo que él aprende a reconocer el olor, la voz y piel de su madre. El ritual de masajes es un momento para dar y recibir amor, ayudando a que el bebé crezca más confiado, tranquilo y feliz.

Aprovechar los momentos de alimentación

La alimentación del bebé es un momento íntimo entre madre e hijo, ya sea a través de la lactancia materna o de biberón, ya que es allí cuando ambos exploran y se familiarizan con el lenguaje corporal mutuo. Además, le otorga una sensación de comodidad y confianza al bebé. De hecho, la lactancia materna puede ser muy útil cuando el bebé está llorando porque le proporciona alimento, consuelo y amor.

Según la Organización Panamericana de la Salud, la lactancia materna exclusiva debe continuar hasta que los bebés cumplan seis meses de edad y, luego, continuarla junto con alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, hasta los dos años de edad.

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Compartir el mismo espacio físico con el bebé

Es recomendable que el , pero en el mismo espacio físico de la madre. Para ello, Solari aconseja colocar un moisés, cuna o cunita portátil junto a la cama para mantener la proximidad, lo que puede ser especialmente importante si se está amamantando al bebé. Pero también se puede considerar la posibilidad de utilizar una cuna lateral que se pueda adosar a la cama.

Compartir el espacio físico promueve el contacto piel a piel con el bebé y fortalece la conexión entre ambos. “El vínculo es la primera referencia de amor de las personas, y por eso, es tan importante”, concluye Solari.

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