¿Has notado que tu hijo se burla de sus amiguitos? No pienses que es parte de su crecimiento, en realidad es una conducta que ha aprendido en casa y que, si no lo corriges ahora, puede causarle problemas en las siguientes etapas de su vida.

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“El niño no es consciente de que sus burlas pueden afectar seriamente la autoestima de los demás. Ellos piensan que solo es un juego, por eso es necesario que los padres corrijan esta conducta aprendida y ayuden al pequeño a desarrollar su empatía. De no hacerlo, no podrá desarrollar sus habilidades sociales y con el tiempo no tendrá amigos”, advierte Manuel Saravia, psicólogo y psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima.

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QUÉ HACER

♦Cada vez que veas que se burla de alguien, llévalo a otra habitación de la casa y habla con él. No es recomendable que lo hagas frente a los demás, ya que el niño puede avergonzarse y esa no es la idea.

♦Si no sabes cómo abordar el tema, puedes ayudarte con cuentos que hablen sobre la burla. Busca alguno en internet, puede ser una fábula, un video, un audio… Usa el recurso que creas más conveniente.

Evita burlarte de la gente, más aún cuando tu pequeño esté presente. Al escucharte, él pensará que esa conducta es normal y la replicará.

Sabías que...

también suele burlarse de los demás cuando antes ha sido víctima del escarnio de otros (ahora lo usa como un mecanismo de defensa) o quiere llamar tu atención.

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Es normal que el niño se ponga rebelde u obstinado, es parte de su crecimiento. Sin embargo, los padres deben guiarlo en esta etapa para que la terquedad no afecte el buen desarrollo de su personalidad.

Escucha a tu hijo con atención cuando quiera decirte algo, no le digas: ‘Después’, ‘estoy ocupado’, ‘que sea rápido’ o ‘¿ya terminaste?’.
Escucha a tu hijo con atención cuando quiera decirte algo, no le digas: ‘Después’, ‘estoy ocupado’, ‘que sea rápido’ o ‘¿ya terminaste?’.

 Esta frase muchos padres la repiten al ver que sus retoños no aceptan órdenes, no respetan los límites y siempre quieren hacer su voluntad. Walter Dávila, psicoterapeuta de la Escuela de Desarrollo Personal Supérate, señala que la terquedad es una conducta aprendida que surge cuando el niño empieza a ‘independizarse’ de la madre y quiere hacer actividades por su cuenta.

“Es normal que el niño se ponga rebelde u obstinado, es parte de su crecimiento. Sin embargo, los padres deben guiarlo en esta etapa para que la terquedad no afecte el buen desarrollo de su personalidad y le cause problemas en las siguientes etapas de su vida. Tengamos en cuenta que esta conducta surge muchas veces para captar la atención de los padres”, precisa el especialista.

BUENOS CONSEJOS

Haz que tu retoño, según la edad, participe y opine en las 

♦Escúchalo con atención cuando quiera decirte algo, no le digas: ‘Después’, ‘estoy ocupado’, ‘que sea rápido’ o ‘¿ya terminaste?’.

♦Dile las consecuencias que puede traerle su terquedad. Por ejemplo, puede ser que no vea su programa favorito o no le compres aquello que quiere.

♦Enseña con el ejemplo. Si son tercos, los hijos pensarán que ese comportamiento es positivo.

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