Carlos y Jesús Briceño Pineda.
Lima Norte

Cada vez son más los que migran a nuestro país para trabajar y enviar dinerito a sus familias. Dos de ellos son los gemelos Carlos y Jesús Briceño Pineda, de solo 20 años. Los hermanos llegaron hace dos meses a Lima desde la localidad de Dabajuro, al oeste de Caracas, y se instalaron en el . Los jóvenes sueñan con volver algún día a su tierra, pero solo cuando Nicolás Maduro se vaya.

¿Cómo se animaron a venir?
Carlos: Nosotros estábamos estudiando licenciatura de música en el Conservatorio de Música en Falcón (ciudad de Venezuela), pero las clases entraron en paro.
Jesús: Además, nuestros profesores fueron emigrando a los Estados Unidos, México, Francia y a otros países de Europa y Sudamérica, prácticamente nos quedamos sin maestros.

¿Y por qué Perú?
Carlos: Amigos nos dijeron que aquí los papeles salían más rápido, felizmente ya teníamos el pasaporte y no demoramos en venir.
Jesús: Lo hicimos por tierra.

¿Cómo financiaron su viaje?
Jesús: Pedimos prestado e hipotecamos un terreno que teníamos allá y algunos artefactos de la casa.

¿Y a qué se dedican aquí?
Carlos: Tocamos violín en la calle Ucayali del Centro de Lima.
Jesús: A raíz de eso, nos llamaron para enseñar a domicilio en Lima, San Martín de Porres y el Callao. Y hemos tocado en bodas y cumpleaños.

¿Y saben tocar algún tema peruano?
Jesús: Sí. Temas folclóricos, entre ellos huainos ayacuchados y cajamarquinos, nos encantan.
Carlos: Compramos un disco de ello y sacamos las partituras, nos parece muy interesante su música, es muy bonita.

¿Para quién es todo lo que recaudan?
Carlos: Felizmente ya terminamos de pagar la deuda que teníamos y todo lo que ganamos hoy es para nuestro sustento y enviar a nuestra madre.

¿Siempre andan juntos por ser gemelos?
Jesús: Sí, es más, a los dos nos gustó la música desde pequeños. Mi mamá de chiquitos nos llevaba al coro de la iglesia y ese fue nuestro primer acercamiento a la música.

¿En qué les gustaría trabajar de manera estable aquí?
Carlos: Tocar en la Orquesta Sinfónica Nacional y acompañar a Juan Diego Flórez en su proyecto Sinfonía por el Perú.
Jesús: Averiguamos para tocar allí, pero necesitamos el PTP, que es un permiso permanente de trabajo y ahora hay demasiada demanda para ese papel, igual ya hemos enviado nuestra solicitud.

¿Y no dejaron ningún amor en Venezuela?
Carlos: Mi novia está aquí, ella llegó dos semanas después que nosotros y también toca violín.

¿Qué les gusta de Perú?
Carlos: La comida peruana, el pollo a la brasa es nuestro favorito.

¿Pedirían alguna ayuda a las autoridades?
Jesús: Por ahora, que nos dejen seguir tocando en la calles del Cercado de Lima. Nos han pedido un permiso que lo estamos gestionando, pero en las oficinas nos dicen que es en vano, que no nos darán, solo están dando a los músicos antiguos.

¿Y piensan que la situación cambiará en su país?
Carlos: Confiamos en Dios que así será.
Jesús: Además, solo estaremos este año, porque nuestro pasaporte vence el 2019, tenemos que regresar a renovarlo y, si Dios quiere, cuando volvamos esperemos que todo haya pasado.

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