Miguel Grau se inmoló para la eternidad. Ilustración (Jhonny Rojas Capcha)
Miguel Grau se inmoló para la eternidad. Ilustración (Jhonny Rojas Capcha)

El 8 de octubre de 1879 un grupo de hombres, tripulantes del monitor Huáscar al mando del ‘Caballero de los Mares’, Gran Almirante del Perú Don Miguel Grau Seminario, fueron protagonistas de una de las luchas navales más memorables y gloriosas de las que se tenga recuerdo en la historia marítima de las naciones: El Combate de Angamos.

Miguel Grau, al mando del monitor Huáscar, pasó a la inmortalidad al enfrentarse a los buques más poderosos de la escuadra de Chile, país que nos había declarado la guerra para apoderarse de nuestro territorio.

Frente a Punta Angamos (en el mar de Bolivia que Chile se apoderó), el Huáscar abrió fuego a las 9:40 horas contra el acorazado Cochrane, mientras los otros buques chilenos (Blanco Encalada, Loa y Covadonga) se acercaban para unirse al ataque.

El Huáscar recibió impactos letales desde el inicio del combate. A las 9:50, una granada impacta a la torre de mando y muere Grau.

El deceso de Grau fue seguido de la muerte del nuevo comandante, el capitán de corbeta Elías Aguirre. El capitán de fragata Melitón Carvajal fue herido cuando tenía el mando y su sucesor, el teniente primero José Rodríguez, murió poco después. El teniente primero Pedro Gárezon, fue el último en asumir el mando y ordenó hundir al Huáscar para que no cayera en manos invasoras, pero los chilenos lo capturaron.

El Huáscar, reparado, se sumó después a la armada chilena contra el Perú. Hoy es un trofeo de guerra en poder de Chile.

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