A partir de los 13 años los adolescentes inician a demandar más libertad en muchos aspectos, desde elegir su propia ropa hasta la hora de llegada a casa. A esas edades el empieza a pasar más tiempo con los amigos y muchos padres ante esto no saben cómo actuar. Algunos son demasiado laxos y otros se pasan de estrictos. ¿Cuál es el límite correcto? Hay maneras de hacerlo, teniendo en cuenta el tipo de permiso y la personalidad del menor.

Hay con los permisos. Esto, por lo general, desemboca en jóvenes diciendo mentiras y usando artimañas para lograr hacer sus cosas. Por el contrario, hay otros papás a los que ni siquiera se les solicita permiso porque no atienden los intereses de sus hijos. Ninguno de estos extremos es bueno.

No olvides que la regla de oro de los permisos es llegar siempre a una buena negociación, que sea justa para ellos y tranquilizadora para ti (los padres). Dialogando siempre se puede llegar a establecer condiciones propicias para ambas partes.

1. OBSERVA A TU HIJO
¿Lo ves responsable? ¿Es autónomo? ¿Es lo suficientemente maduro para respetar el horario que le has puesto? ¿Colabora con las labores domésticas? ¿Es consecuente con sus actos? ¿Se preocupa por sus notas del colegio? Antes de definir una hora límite de permisos, recuerda que no hay un horario exacto para cada edad. Más que la edad lo importante es su madurez y responsabilidad. Es recomendable que él también lo sepa, así evitarás los típicos comentarios comparándose con sus amigos. A tu hijo tiene que quedarle claro que la hora de llegada a casa no depende exclusivamente de su edad.

2. CONOCE A SUS AMIGOS
No solo basta con el grado de madurez que tenga tu hijo, tienes que valorar sus amistades y el grado de confianza que te aportan. Si sabes que normalmente queda con chicos que conoce desde pequeño, que son una buena influencia y además van a estar por el barrio podemos ser más flexibles con la hora de llegada. Sin embargo, si son amistades poco confiables es mejor limitar el horario. Siempre puedes intentar negociar con él diciéndole que si tuvieses más información sobre sus amigos o sobre lo que van a hacer te quedarías más tranquilo y quizá en el futuro fueses más flexible respecto al horario. También hay que tener en cuenta las características del lugar donde se vive y el lugar a donde irá.

3. ACUERDO
El mejor momento para hablar sobre los permisos establecidos es cuando ambos estén de buen humor y tranquilos. Infórmale  la hora límite que has elegido para el regreso a casa. Dale tus razones sin sonar amenazante ni autoritario. Seguro intenta rebatir tu decisión, dile que tienes en cuenta su punto de vista y que en base a su comportamiento, según vaya cumpliendo el horario irás ampliando el horario de permisos, pero que de momento no puede ser posible. Si es un día especial se puede ampliar el horario sobre 2 o 3 horas más, por ejemplo un cumpleaños, aniversario del distrito, etc, pero tiene que quedar claro que solo ocurrirá en determinados momentos y que se va a ser muy estricto en este sentido.

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