Por: Fernando 'Vocha' Dávila

Las instalaciones de América Televisión, en su gran mayoría, están cubiertas por cuadros de personajes ilustres que marcaron los pasos de la pantalla, pero los camarines no son tan amplios. De espacio reducido, con ese clásico espejo rodeado de focos, cobija en estos últimos tiempos a un hombre de 43 años, de sonrisa fresca y aceptado por la gran mayoría. de quien hablamos, no pierde vigencia, pero añora la época que se convirtió en recuerdo.

Renzo, ¿antes los varones eran más valientes para ‘afanar’?
Tocábamos la puerta.

Si una chica te gustaba...
La conocía saliendo y conversando.

¿Más emocionante?
Una amiga te decía que iba a presentarte una flaca y sentías nervios.

¿Cómo sería ahora?
Las buscas en las redes.

Pero eso también es bueno...
Corres el riesgo de tener una opinión superficial.

¿También escribías cartas en papel?
Sí y no solo románticas, también para amigos que vivían en el extranjero.

Eso demoraba un montón.
Después cuando te respondían, era una sensación indescriptible el abrir el sobre.

¿En la lectura cómo vamos?
Prefiero el libro en físico que leerlo por el iPad.

¿Qué nos quitó el celular?
La palabra.

¿Por qué?
Antes quedabas en encontrarte una hora y cumplías.

¿Hoy?
Faltando minutos te llaman para comunicarte que no pueden.

¿Y si te demoras un poco?
No puedes mencionar tuve un problema, porque te aclaran: ‘Te vi escribiendo en tus redes’.

Dime, ¿publicas todo el día?
No, tampoco soy ajeno.

¿Y eso?
Para mi chamba es importante.

¿En el almuerzo, dejas de lado los teléfonos?
Por supuesto.

¿En qué otro momento los ignoras?

Cuando estoy en reunión no respondo, porque siento que es una falta de respeto.

¿Otra actitud que evitas?

Poner el aparato en la mesa. Es como dar a entender que es más importante que la persona que te acompaña.

¿Qué más te sorprende?
Cuando dos personas se juntan por un café, cuelgan la foto y se la pasaron escribiendo a sus contactos.

Eres una persona tradicional, ¿saliste a jugar fútbol a los parques?
Soy de los que ponían dos piedras para que parezcan arco o la banca de un parque.

¿Y en el colegio?
Jugué en la selección del ‘María Reina’, que después se convirtió en un club.

¿Tu puesto?

Defensa por izquierda.

¿Verdad que no hay zurdo malo?
Para que veas.

¿Torneo importante en el que participaste?
Copa de la Amistad.

¿Algún compañero tuyo llegó a Primera?
Muy pocos, recuerdo a uno de apellido Tenemás.

O sea, has sido caminante.
El fútbol te permite eso.

¿Inquieto?
Me he metido a pampones y terminado hecho una porquería de sucio.

¿Peleador callejero?
Algunas por allí.

¿Más victorias que derrotas?

He ‘gomeado’ y me gané mis ‘galones’, pero también me han dado y bien.

Exitoso, reconocido, pero en la actuación se arranca de bien abajo.
Empecé en el teatro Montecarlo. Una vez llegaron 13 personas y tuvimos que suspender la función. En otra ocasión, por respeto a tres espectadores, salimos al escenario.

Tu chamba es muy inestable, ¿ahorras?
He aprendido y sé guardar pan para mayo.

Y en tu hogar, ¿cocinas?
Sí, me encanta preparar una buena parrilla.

¿Dejas todo como un anís?
Lavo los platos, además en el día a día plancho y limpio.

¿Si se malogra el caño?
Cambio el ‘trompito’, taladro la pared para poner un cuadro. Soy bueno en manualidades.

¿Y bailando?
Tengo dos pies izquierdos, pero reconozco que cuando empiezo a enredarme meto chongo.

Das la impresión del hombre perfecto, ¿hincha o fanático de la fidelidad?
Soy cien por ciento fiel.

¿En serio?
No podría mirar a los ojos a mi mujer.

¿Eso significa?
El infiel es sinvergüenza.

¿Te asustaría llevar doble vida?
No podría.

Pero sí doble ‘chamba’.

Estoy en el teatro Pirandello con ‘Perfectos desconocidos’, de jueves a lunes. Tiene mucho que ver con el tema de los celulares y la tecnología.

También estas por las mañanas en ‘El show después del show’.
Es un experimento nuevo comparado a lo que he hecho. Trato de hacer sentir a las señoras que estoy dentro de su hogar.

Gracias, primera vez que conversamos y es bueno haber conocido tu interior.

Me he sentido a gusto y disculpen, ando corriendo de un lado para otro.

Se tomó su tiempo para la producción, cogió su móvil y después del apretón de manos, soltó una sonrisa y se fue. Me quedé analizando en su forma de pensar y recordé al ‘Indio’ Solari, líder del grupo rockero ‘Los Redonditos de Ricota’: ‘La memoria es el único paraíso del que no nos pueden expulsar’.

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC