Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila

Es una mañana más de un país que sigue luchando contra un enemigo invisible. Avanzan las primeras horas y las noticias no son nada alentadoras, pero por unos minutos parece que ingresamos a una burbuja y pasamos del desafuero y el miedo a la sonrisa. ¿Responsable de este cambio repentino? La comunicadora , quien desde su segmento de espectáculos en América Televisión regala ocurrencias que provocan carcajadas en los hogares peruanos. Pero son tiempos duros y ella lo sabe. Está vez no está tan risueña como en la pantalla.

Rebeca, siempre hiperactiva, ¿qué tal eres bailando?

Lo hago maravillosamente bien.

¿Te achoras con la salsa?

Para muestra basta un botón: cuando participé en ‘El gran show’.

¿En una salsoteca?

Nunca he ido a una discoteca.

¿De verdad?

Sí y ni de chiquilla.

¿Por qué?

Me asustan las multitudes.

¿Vas a conciertos?

Cuando son con sillitas y sentada adelante.

¿Por ejemplo?

El de ‘Pandora’, que cantaba un tema y todos muy tranquilos aplaudían.

¿Ni por amor irías a una presentación de rock?

Fui con mi esposo a ver al grupo U2.

Eso estuvo repleto.

Fue en la cancha, me tumbaron al piso y dije nunca más.

Menos mal tienes carro.

Imagínate que de chiquita no subía a los micros por terror.

¿Otra música que cultivas?

He crecido escuchando la criolla.

¿Canción que recuerdes?

Lo primero que aprendí de memoria es: ‘Alma, corazón y vida’.

Tus papás son criollazos.

Por ellos supe quiénes eran Eva Ayllón, el ‘Zambo’ Cavero y todos los grandes.

¿Hace cuántos días no ves a tu viejito?

Desde que empezó la pandemia solo lo miro en su balcón.

¿A quién más extrañas?

A mis hermanos y amigas.

Tan maniática de la limpieza, ahora debes vivir obsesionada con el tema.

Los cochinos me preguntan eso, ja, ja, ja.

Es que siempre has sido súper higiénica.

Mis métodos no han cambiado, se han exagerado.

¿Quienes de la familia salen?

Soy la única que va al canal y regresa.

¿Y las compras?

Todo por delivery y las recoje sola una persona.

¿Está sanito?

Siempre se le hace su chequeo y sigue saliendo negativo.

Imagino que echas alcohol a todo.

Yo misma desinfecto.

¿Te aburre vivir así?

Será hasta fin de año o que se encuentre la solución.

¿Hay broncas internas en el hogar?

Nuestras emociones están subiendo como una montaña rusa y hay que saberlo llevar.

¿Le dedicas tiempo a las redes?

Un día exclusivamente a organizar la casa y también le doy su lugar al Instagram.

Los trolls y haters son crueles...

Pero también están los que insultan en el papel y los que te escupen en la calle para contagiarte.

¿Estamos más violentos?

Si matan por un celular.

¿Te han chancado?

Hasta ahora he caído bien parada.

¿Si lo hicieran?

Si leo un comentario irrespetuoso, hay la alternativa de borrar y eliminar al malcriado.

¿La pandemia nos habrá humanizado?

Si no es así, no sé qué miércoles hemos aprendido,

¿El confinamiento te quebró?

Me provocó angustia, miedo.

¿Otro momento que te estruja el corazón?

Leer a Mario Benedetti me hace que derrame algunas lágrimas.

¿A quién le rendimos homenaje?

Al trabajo de las mamás. Ahora sí van a valorar a un ama de casa.

¿A alguien más?

A las profesoras que deben atender a sus niños y educar a los alumnos por teletrabajo.

¿Otra enseñanza de este distanciamiento social?

El Zoom te permite siempre conectarte con tus amistades.

¿Nos vas a sorprender con algo nuevo?

Me gusta escribir, también letras para canciones y trabajo en un unipersonal.

Un gran abrazo y, como dices, a seguir cuidándonos.

Muchas gracias a ustedes y un gran saludo a los lectores del diario.

Se fue dejando su pensamiento, sus temores y su sonrisa como sello de buena onda. Hasta parece que leyó al genial Bryce Echenique: ‘El amor es motivo de sorpresa y el humor un pararrayos vital’.

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