POR: ENRIQUE SILVA ORREGO

Nuevamente al rescate de películas valiosas. Una de las mejores actuaciones del habitual comediante Jim Carrey puede apreciarse en (The Truman Show), realizada en 1998 por el destacado cineasta australiano Peter Weir (‘Gallipoli’, ‘Testigo en peligro’, ‘Capitán de mar y guerra’). Peculiar drama con certeros apuntes humorísticos, escrito por Andrew Niccol.

Truman Burbank (Carrey) es un agente de seguros con una vida aparentemente idílica. Lo que ignora es que toda su existencia, desde que nació, es un exitoso reality show que lleva tres décadas al aire y se transmite las 24 horas del día. Tampoco sabe que la ciudad es un gigantesco set de televisión y todos a su alrededor son actores, incluyendo a su esposa (Laura Linney), su mejor amigo (Noah Emmerich) y hasta sus padres.

Sin embargo, Truman es un tipo rebelde, con ansias de libertad. Y esa actitud complicará el trabajo llevado a cabo durante años por Christof (un notable Ed Harris), el genio creador y meticuloso supervisor detrás del show.

Lo mejor de la cinta es el proceso por el que pasa Truman para ir descubriendo la enorme trampa de la que es víctima. Pequeños y reveladores detalles dentro del propio espacio, fallas logísticas y mecánicas. Incluso, ese breve recuerdo -previo a su matrimonio- con una chica (Natascha McElhone) dispuesta a contarle la verdad. Weir acierta con su relevante sátira sobre la sociedad consumista, y el mágico y a la vez perverso poder de quienes manipulan la pantalla chica.


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