Kore Shoes, una marca de zapatos hechos a la medida de la mujer moderna. ¡Conoce la historia de emprendimiento! (Fotos: Trome)
Emprende Trome: Kore Shoes

Silvana Calderón trabajó por muchos años en diseño gráfico, pero postergó todo porque viajó a Brasil para acompañar a su pareja. Allá se dedicaba al cuidado de sus hijos y al hogar, pero siempre quiso tener su propia empresa. Pensó en hacer carteras y desistió porque los costos eran muy elevados, hasta que en un viaje a Lima decidió hacer zapatos, sin conocer nada de este mundo. Su madre le comentó que en Caquetá estaban los maestros zapateros y, sin dudar, Silvana paraba todos los días metida ahí para aprender de los expertos. Así nació ‘Kore Shoes’...

¿Cómo fueron los inicios?
Mi mamá me dijo que en Caquetá estaban todos los insumos, me contacté con un zapatero de Comas y hacía viajes interprovinciales. Conocí luego a un maestro que me apoyó mucho y compartíamos el taller de 3x3 y aprendimos juntos.

¿Habías estudiado algo de calzados?
No, llegué sin saber ni la mitad de lo que ahora sé. Lo aprendí todo con los maestros zapateros.

¿Quiénes fueron tus primeros clientes?
Mi hermana me compró las primeras balerinas, luego mi familia y amigos.

Cuentas que te iniciaste haciendo balerinas.
Sí, pero Lima es una ciudad de tacos, muy pocas compraban balerinas, así que decidí hacer tacos y se duplicaron mis ventas.

Los emprendimientos son complicados al inicio, ¿cómo fue en tu caso?
Lo más desafiante fue encontrar colaboradores comprometidos y que cumplan con los requisitos.

¿Qué buscan las clientas con tus zapatos?
‘Kore’ es una marca que da diseño vanguardista y, sobre todo, cómodo. Ellas me recalcan que se sienten bien, es una de mis fortalezas.

¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido en estos años?
Estoy orgullosa de haber aprendido tanto con los chicos en el taller. Nunca llevé un curso de calzado, conocí los términos y cómo funciona el zapato desde su confección.

Hay personas que buscan las tres b: bueno, bonito y barato, ¿cómo es tu caso?
Lo mío sería bueno, bonito y caro (risas). Creo que las cosas caras o baratas son muy relativas, cuando la clienta ve mi producto se da cuenta de la diferencia y cuando lo usa y siente la comodidad, paga por él. Trabajo con insumos de alta calidad.

¿Cuál es tu materia prima?
Cuero, pero soy amante del diseño y también trabajo con materiales diferenciados, si una clienta es vegano hago los zapatos con material ecológico. Hoy la tendencia es usar menos cuero por un tema ambiental y las marcas conocidas ya tienen la información y trabajan con sintético... El zapato es descartable, ya no duran como años atrás, la moda va cambiando, todo es rápido, ahora las mujeres quieren comprar lo último que salió.

¿Dónde vendes tus productos?
Showroom, venta directa a las clientas y en las tiendas ‘Estilozas’ y en ‘Isidra’, donde hago colecciones diferentes para cada lugar.

¿Piensas exportar?
He tenido algunas activaciones fuera, gusta mucho el estilo y estoy trabajando en contactos que ven el negocio de mi calzado para exportarlo.

¿Viajas para traer tendencias?
Viajo mucho a Brasil, Europa y Estados Unidos para ver proveedores y traer tendencias.

¿Qué fechas se venden más?
Ahora el mercado está bien raro, he conversado con personas de diferentes comercios y coincidimos que es un julio atípico, en vez de comprar moda, la gente prefiere salir de viaje en familia.

¿Y cuál es tu estrategia para hacerle frente a la baja de las ventas?
Trabajar más en la marca, yo hago showrooms en provincias. En Piura y Arequipa me va muy bien, así me ayudo frente al estancamiento que tiene Lima.

¿Con cuánto personal trabajas?
Tengo un taller con 10 operarios. Ofrecemos servicio a otras marcas, produzco como 600 pares al mes en demanda alta.

¿Sentiste que tuviste apoyo en la producción y venta?
No, todo lo hice sola, es trabajo de hormiga. No existe un soporte para empresarios pequeños, aun si tenemos que lidiar con un mercado informal.

¿Qué características tiene el emprendedor peruano?
Siento que el peruano es punche. Si quiero hacer algo me meto donde sea y lo hago, se trabaja como hormiguita, son personas comprometidas.

¿Qué colores piden más?
Negro, azul, nude. Las mujeres no se arriesgan por otros colores por miedo a no saber combinar. En mi caso, hago zapatos de color rojo, amarillo, fucsia

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