Alonso Gonzales nos cuenta su experiencia como emprendedor en Trujillo
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Un emprendedor puede fracasar varias veces y no darse por vencido hasta encontrar el negocio ideal, tal como lo hizo Alonso Gonzales, quien a sus cortos 24 años abrió su primera heladería con un concepto nuevo para el mercado de Trujillo. No tuvo acogida y quebró, pero esto le sirvió de aprendizaje para reestructurar su propuesta y empezar de nuevo. Hoy nos presenta ‘NPG’ Perú, una cafetería-pastelería que tiene dos locales y una gran demanda. Conózcalo un poco más.

Alonso, estudiaste pastelería en Estados Unidos y heladería en Italia, ¿cómo fue esa experiencia?

Muy buena, siempre me gustó el tema de postres de muy chico. Cuando mi mamá se iba a trabajar hacía mis alfajores y mis kekitos. En Estados Unidos estudié pastelería molecular que utiliza elementos químicos para hacer comida. En Italia hice diplomados en heladería de postres fríos donde aprendí el ‘gelato’ artesanal.

Trabajaste en Chili’s, Starbucks y otras tiendas. ¿Qué aprendiste?

Aprendí mucho sobre el manejo de cliente, costos de productos, cómo promocionar el tema de marca, los procesos, proveedores y manipulación de alimentos que es la base de todo restaurante.

¿Cuál fue la principal conclusión que sacaste del fracaso de la tienda que no despegó?

Me dediqué a restaurantes desde los 18 años, siempre pensé en sacarme la mugre para algo que sea mío. Aprendí que me lancé a un emprendimiento con una base no tan completa del mundo de los negocios, porque no solo es el tema de operaciones, tiene que estar ligado con el marketing, la publicidad, cómo se maneja el producto, el lenguaje del consumidor.

¿Qué sentiste cuando tu negocio quebró?
Me fustré, tuve una etapa de depresión, pero nunca me rendí. Decidí hacer otro emprendimiento hasta que me ligue.
Dices que una idea puede ser muy linda, pero si no tiene un estudio de mercado puedes ‘patinar’. ¿Puedes explicarlo?
Una persona puede vender hasta piedras, pero si no hay un estudio de mercado el proceso de inversión no está completo. Puedes ‘patinar’ en publicidad, marketing y no llegar a los consumidores. Con esto ves a tus competidores, desarrollo de marca, dónde abrir tu tienda.

¿Cómo te promocionas?

Mi promoción es totalmente por Facebook porque me dirijo a un público de entre 30 y 48 años, y las demás redes sociales, además del boca a boca.

¿Qué productos tienen más demanda?

La barra libre de waflers es el 70% del consumo, luego vienen las bebidas frías y calientes. El chocolate es 50% de cacao y usamos métodos de extracción que permiten dar aroma, sabor más fuerte y una buena esencia. Secamos nuestras propias hierbas.

¿Puntos de venta?

El local de Lima, de Trujillo y hacemos envíos por delivery.

¿En qué se diferencia tu propuesta con las que hay en el mercado?

Cuando entras ves muebles con videojuegos, pero la gente regresa por la calidad de los productos, estos tienen una presentación divertida; y la atención, manejamos una buena experiencia de servicio.

Cuando hablas de la decoración dices que se vienen los recuerdos de la abuela. ¿Por qué?
Tenemos una decoración ‘vintage’ con muebles grandes donde el cliente viene y se sienta cómodo para jugar un videojuego, así como lo hacía uno cuando iba a la casa de la abuela. Quise juntar mi pasión por los juegos con la pastelería.

¿De dónde viene esa pasión por la pastelería?
A mi mamá le gustan los postres, pero yo era quien me metía a la cocina a preparar mis kekitos que luego vendía a mis amigos y a mis vecinos.

¿Qué cafetería te gusta?
Me gusta el concepto de ‘Puku Puku’ y de heladerías ‘Glub’, la ‘Crem de la Crem’ son helados artesanales.

Se viene la temporada de primavera, ¿qué tienes pensado?
En semana y media entramos con la marca de helados artesanales, en la carta trabajaremos un concepto de nitrógeno líquido, hielo seco...

¿Qué es para ti ser innovador?
Ser único.

¿A dónde quieres llegar?
En cinco años me veo siendo el papá de cuatro marcas diferentes, estamos listos para franquicias en Chimbote y Chiclayo.

¿Tu mayor dificultad al emprender?
La gente. Tuve un accidente donde quedé mal de la pierna y pensaban si lo podría hacer, el fracaso como empresario, estudié administración de empresas y mi familia me decía que estudié eso para hacer kekitos. Sentía la presión de no equivocarme, pero no hay cosa más bonita que seguir por lo que a uno le gusta.

¿Qué error no volverías a cometer?
Al inicio hay que estar 24/7 y no delegar hasta que el negocio sea productivo. Los primeros cuatro meses no tuve días libres, se debe hacer un plan de contingencia si tu negocio flaquea, el mercado es muy competitivo, es como una guerra.h Joven trujillano no olvida que su familia le decía ‘estudiaste administración para hacer kekitos’ y ahora sus pastelerías son un boom h Afirma que no hay cosa más bonita que hacer lo que a uno le gusta

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