UNA LUCHADORA. Con apenas 17 años, huyó de la guerra en Siria junto a su hermana y otras 18 personas, sin embargo, no imaginaba que tendría que lanzarse al mar Egeo para nadar por más de tres horas y salvar a sus acompañantes. .

Detrás de cada deportista hay una historia de lucha y así lo demuestra la nadadora Yusra Mardini, quien pertenece al Equipo Olímpico de Refugiados y con un tiempo de 1:06.78 quedando en tercer lugar en Tokio.

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LA NATACIÓN, SU PASIÓN

Aprendí desde muy pequeña que nadar es mi vía de escape en la vida”, dijo Yusra Mardini. Fue su padre, un entrenador de natación en Siria, quien la llevó de la mano por este deporte al igual que a su hermana. Ambas, desde muy temprana edad, .

La guerra en Siria estalló en el 2011, desde aquel entonces, los constantes bombardeos era parte de la nueva normalidad. Su vivienda familiar se vio afectada, incluso la piscina donde entrenaban, tras un proyectil que cayó. Cansada de esta situación, cuatro años más tarde, Yusra Mardini de tan solo 17 años y su hermana decidieron dejarlo todo para salir a buscar un mejor futuro, pese a que ya estaba haciendo su carrera como deportista profesional.

Ambas cruzaron Líbano y arribaron a las costas de Turquía para dirigirse a Grecia, su destino final. Sin embargo, se les presentó la difícil situación de subirse a una embarcación junto a otras 18 personas, pese a que su capacidad era solo para 6. En el mar Egeo, a 30 minutos de iniciar su travesía, el bote presentó fallas en el motor y quedó detenido.

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La mayoría de personas refugiadas que huían de Siria no sabían nadar, fue entonces que Yusra y su hermana decidieron lanzarse al agua para empujar la embarcación. “Con una mano sujetaba la cuerda que estaba atada al bote, mientras que nadaba con la otra y los pies”, así lo recordó años después la joven.

Yusra Mardini. Foto: Instagram
Yusra Mardini. Foto: Instagram

“Había gente que no sabía nadar. No iba a quedarme sentada y a quejarme de que me iba a ahogar. Si me iba a ahogar, al menos lo haría habiéndome sentido orgullosa de mí y de mi hermana”, dijo Mardini a ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), cuya institución la nombró embajadora de Buena Voluntad en 2017.

Al llegar a Grecia, Yusra y su hermana continuaron con su trayecto hacia Alemania donde fueron albergadas en un campo de refugiados. Hoy, con una historia admirable, pertenece al Equipo Olímpico de Refugiados y .

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