Rebosio y 'Kukín', hijos del Primer Puerto. (Fotos: GEC)
Miguel Rebosio

Solo un chalaco sabe cómo se vive en el puerto y quien ha vestido la rosada entiende que el duelo del fin de semana tiene un sabor especial. El domingo la ‘Misilera’ recibe a Universitario y , jugador que defendió los colores porteños, repasa su historia con el club de sus amores y sus anécdotas como futbolista profesional.

Miguel, en el 2009 ascendiste con la rosada a Primera, aunque lo viste desde la tribuna...

Estaba mal de los meniscos y caminaba con muletas. Pero me puse en la entrada del vestuario.

¿Desde allí viste el triunfo ante Cobresol?
Estábamos todos nerviosos, encima íbamos perdiendo 1-0 y expulsaron a Miguel Curiel.

Salió llorando...
Y se sentó delante de mí. Lagrimeaba y no me dejaba ver. Lo arrimé.

Al final todo fue festejo...
Claro y él, que se sentía culpable, recuperó la vida.
Emocionado, fue hasta la tribuna, tiró su camiseta y se la
devolvieron, ja, ja, ja.

Eres hincha rosado, de toda la vida, pero no empezaste en Boys...

Me inicié en Cantolao. Mi papá me llevó y me citaron para entrenar al mediodía.

Estabas chibolito...
Sí y justo estaba escuchando la canción de Gabino Pampini: ‘Faltan 5 pa’ las 12’ y empecé a cargosear a mi viejo, que era tarde, que ya no iba a llegar, y recién eran las 10 de la mañana.

¿Cómo hacías para viajar por toda Europa?
Mi mamita hizo su rica pollada y después ya fui becado.

¿Cómo te enteraste de la muerte de ‘Kukín’ Flores?
Estaba durmiendo en casa y me llamaron a mi teléfono. Como tenía registrado su número, pensé que me llamaba para tomar y primero no contesté. Como insistió, respondí y era su pareja, me decía que Carlos se estaba muriendo.

¿Qué hiciste?

Me levanté, salí con mi señora y mi hijito de seis meses, fui a buscar al tío Julio Meléndez. Cuando le avisé, empezó a llorar y decir: ‘Mi hijo, mi hijo’. Le pedí que se calme.

¿Y se fueron?
Llegué y estaba la policía, le pedí a mi esposa que se quede en el carro y subí. Unos guardias cuidaban la puerta del cuarto donde estaba mi compadre, quise entrar y no me dejaban, pero al final pude hacerlo y allí estaba, tirado, ya sin vida.

Terrible...
Lo llamé a Omar Zegarra, subió y le empezó a dar cachetadas y le gritaba: ‘¡Despierta, despierta!’

Imagino que tuviste que calmarlo...
Lo llevé a mi camioneta y allí me decía: ‘Está dormido, bien dormido, ahorita despierta’.

¿Cómo era Carlos?

He visto darle sus zapatillas nuevas a un muchacho que no tenía. Era humano y ayudaba a mucha gente.

Para ponernos más contentos, una de tu compadre ‘Cuto’ Guadalupe...
Una vez nos íbamos al Viejo Mundo y nos iban llamando uno por uno, cuando le tocó a él, no respondía y cuando voltearon, estaba abrazado de su mamá, llorando, porque no quería subir al avión.

¿Cómo conseguiste la camiseta de Ronaldinho?
Una vez, en la selección, Juan Reynoso nos habló a todos: ‘Nosotros también somos conocidos, no hay que andar pidiendo camisetas. Si un amigo de otro equipo se acerca, muy bien, si el rival pide, puede ser, pero no hay que andar correteando por un polo’. Y eso me quedó marcado.

Ibas a contar de la camiseta de ‘Dinho’...
Mi hijo el mayor, que vive en Estados Unidos, cuando jugaba en Zaragoza, sabía que iba a enfrentar a Barcelona con el brasileño y me pidió que le pida su casaquilla.

¿Le hiciste caso?

Entramos a la cancha, fui a disputar una pelota con él y al pararnos, me pisó por las costillas y empecé a gritar. Preocupado se acercó a preguntarme si estaba bien y con esfuerzo le dije: ‘Sí, quiero tu camiseta’.

¿Aceptó?
Al final del primer tiempo me la dio, ja, ja, ja.

¿Cómo queda el Boys-‘U’ del domingo?

Los cremas están jugando bien, pero los rosados se van a hacer muy fuertes en casa y con la hinchada.

Gracias por esta charla...
A ustedes y ya toca que mi viejo, que siempre compra el diario, gane ‘El chanchito regalón’, y no se olviden de escuchar mi programa ‘Voces del fútbol’ por radio Fiesta.

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